La científica se refirió a la situación del CONICET en general a través de la 99.9 y también, sobre lo que está sucediendo en el CRILAR de La Rioja, Instituto que tiene una larga tradición de persecuciones a trabajadores.
El sector científico está en un momento delicado una vez más por la falta de políticas al respecto, a pesar de que el gobierno de Alberto Fernández se jacta de respaldar el desarrollo en esta área. Sandra Pitta se refirió a lo que está sucediendo en CONICET a través de la 99.9 y específicamente contó lo que pasa en La Rioja con un Instituto en particular.
“Les llevó un tiempo darse cuenta de algo evidente: el sistema así como está no puede continuar por falta de presupuesto, de previsibilidad y alimentarlo con propaganda. Muchos se prendieron de las lindas palabras de Alberto y Cristina, pero se están dando cuenta que fue una mentira”, dijo inicialmente la científica.
Luego explicó que “el CRILAR fue creado en Anillaco por Menem, es un Instituto de geología y paleontología. El tema es que hay una endogamia y muchos malos tratos. Una historia de investigadores que pasaron por allí, muchas veces repatriados, que les han vendido que es un lugar fabuloso para crecer y cuando llegan se dan cuenta que no pueden hacer nada porque hay un grupo de poder que está desde el inicio y no permite que otros crezcan. Entonces se terminan yendo por la persecución que sufren”.
Eso en la actualidad está muy presente porque esas personas están buscando quedarse con la presidencia del CRILAR sin que CONICET intervenga: “en este caso hubo una problemática con un grupo de gente sumariada por malos tratos que quedaron en el olvido y es esta gente que se presenta y seguramente ganará la dirección del Instituto. Está como pre-asignado a dedo quien será el director. Se apoderan del Instituto, a CONICET no le importa y todo se barre bajo la alfombra”.
Hoy en Argentina resulta muy difícil proyectar una empresa tecnológica porque el estado se encarga de quedarse con una gran parte de la productividad de la misma, algo que Pitta indicó como muy perjudicial: “estaba leyendo sobre el nuevo reglamento sobre empresas de base tecnológicas de CONICET y es poner una barrera más para que haya emprendimientos e innovación. Hay muchísima gente dispuesta y que en el exterior tendría éxito pero acá se ve como en una prisión porque quieren hacer algo y la reglamentación obliga a que el estado te termine administrando la empresa. El estado no puede ser socio de una empresa”.