La argentina radicada en Israel habló a través de la 99.9 sobre la experiencia cotidiana de vivir en ese país luego del ataque del grupo terrorista Hamás: “del otro lado de la frontera son educados para matar”.
La realidad en Israel sigue siendo muy difícil. Hay un pueblo que sufre cotidianamente desde el ataque del grupo terrorista Hamas del 7 de octubre.
La argentina radicada en ese país, Sasha Margot se encarga a través de su cuenta de Instagram @soysashamargot de retratar lo que sucede cotidianamente, tanto lo bueno como lo malo. En la 99.9 contó su experiencia después de pasar un año en suelo israelí.
Primero se refirió a la poca visibilidad que han tenido las atrocidades a las que Hamás sometió y sigue sometiendo a las mujeres judías: “hay una negación y complicidad, no se entiende muy bien porqué. Es como si se hubieran puesto de acuerdo en callar, si no hacemos ruido nosotros, el mundo no saldrá a defendernos ni a contar lo que pasó; que fue una masacre absoluta”.
A pocas horas del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, parece que no hay conciencia de lo que está pasando: “por las mujeres israelíes o judías nadie sale a hablar, parece que no perteneciéramos al género femenino. Es triste porque no creen en lo sucedido más allá de que las mujeres no están en sus hogares con sus familias. Han decidido callar sólo por el hecho de haber nacido judías”.
El efecto de lo sucedido aquél 7 de octubre todavía sigue resonando en lo cotidiano porque hay réplicas constantes de una violencia irracional: “ayer un niño de 14 años decidió apuñalar a un hombre de 65 años que gracias a Dios está a salvo, pudo sobrevivir a esta locura. En el día a día, estoy como un poco más alerta. Me pasa desde el 7 de octubre que, si salgo a correr, pongo la música en los auriculares más baja para ver si escucho gritos, si suenan las alarmas de los misiles…trato de estar mas alerta”.
Todo parece tratarse con cierta frivolidad en el resto del mundo, pero el punto de quiebre que significó para los israelíes ese violento ataque, no tiene vuelta atrás: “antes del 7 de octubre no había misiles, no había soldados de 20 o 22 años muriéndose todos los días. La semana pasada estuve en Jerusalén con un grupo de voluntarios de Latinoamérica y visitamos las tumbas de los grandes líderes de Israel y luego por la parte del cementerio de los soldados caídos. Fue la primera vez que vi gente cavando tumbas porque no dan a basto. Fue muy triste, pero muy real, es lo que está pasando aquí”.
A pesar de todo lo que está viviendo, no tiene pensado abandonar Israel y por el contrario parece haber ratificado su intención de permanecer allí: “nunca en mi vida imaginé que iba a suceder esa masacre, pero decidí estar acá y trato de mostrar como se vive aquí con lo bueno y con lo malo. Sobre lo que se dice de los palestinos, toda vida inocente duele, pero vemos un caso como el de ayer con un chico de 14 años apuñalando a un hombre. No es culpa del niño, sino que del otro lado de la frontera son educados para matar, nosotros celebramos la vida, ellos celebran la muerte; esa es nuestra principal diferencia”.