El invento es un desarrollo del Garrahan, la Facultad de Ingeniería de la UBA, el INTA Castelar y la Fundación Pediátrica Argentina. Está en fase de experimentación.
El jueves comenzó en Tecnópolis la exposición Innovar 2015, el concurso nacional de innovaciones a cargo del ministerio de Ciencia y Tecnología y que este año tuvo su 11º edición. El sábado se conocerán a los 46 ganadores de las más de 300 innovaciones en competencia que fueron elegidas entre 1300 proyectos por su diseño, tecnología y originalidad. De ellos surgirá el premio mayor, la Distinción INNOVAR, adelantó Tiempo Argentino.
Entre tantos, deslumbraron los inventos en salud, como el proyecto de desarrollo de un Dispositivo de Asistencia Cardíaca Mecánica, a cargo de profesionales del hospital Garrahan. Más conocido como “corazón artificial”, sirve como puente para la espera del órgano a los pacientes que necesitan un trasplante cardíaco con más urgencia.
“Hacemos trasplantes cardíacos desde inicios del año 2000. Pero vimos que muchos pacientitos fallecían a la espera de un donante. Una forma de mitigar esto fue incorporar el corazón artificial en 2006, con ayuda del gobierno nacional, pero es una tecnología muy costosa. Cada dispositivo que llegaba de Alemania implicaba de 200 a 300 mil dólares por paciente”, comenta a Tiempo el subjefe del Servicio de Trasplante Cardíaco del centro de salud, Gerardo Naiman. Ese fue el antecedente para que decidieran empezar a desarrollarlo en el país, en un trabajo interdisciplinario con la Facultad de Ingeniería de la UBA, el INTA Castelar y la Fundación Pediátrica Argentina.
El jefe del servicio de Trasplante Cardíaco del Garrahan, Horacio Vogelfang, explicó que la falta de donantes de corazón es un problema universal y en los niños esto se ve agravado por las restricciones antropométricas: “Es la causa fundamental de la elevada mortalidad de los pacientes en lista de espera para un trasplante de corazón en la infancia.” Al menos tres chicos por año necesitan un corazón artificial que permite a los pacientes llegar vivos y con parámetros fisiológicos estables a la operación, la única opción para la Insuficiencia Cardíaca Terminal Infantil. Incluso tienen casos como el de una niña que lleva más de dos años con el dispositivo.
El desarrollo argentino (único en la región continental) se encuentra en fase de prototipo. La primera prueba ya ocurrió y fue satisfactoria. Lo testearon en un ternero. La unidad móvil consiste en la consola de control, el dispositivo neumático y las cánulas para la implantación. Para antes de fin de año esperan concretar las dos pruebas con las que terminarían el primer módulo del proyecto, en terneras de 45 y 60 kilogramos. El segundo y último módulo, antes de las pruebas clínicas, seguiría durante casi tres años con “no menos de 20 ensayos en animales” –contó Vogelfang- con la introducción de elementos de esencia biológica que reemplacen a los componentes artificiales que hoy conforman los “corazones artificiales” importados. “Nuestro proyecto incluye la confección de las válvulas de los tractos de entrada y salida de la bomba sanguínea con Pericardio Humano. También con eso serán recubiertas las superficies de contacto con la sangre, facilitando la terapia anticoagulante y reduciendo los riesgos de tromboembolismo”, resaltaron los profesionales.