Ricardo Vega, presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tránsito (APRAVAT), habló esta mañana en la 99.9 sobre la necesidad de trabajar en la prevención de los hechos que se llevan la vida de miles de argentinos cada año. “Diagnóstico ya tenemos desde hace años, pero lo que no vemos son políticas activas para prevenir esta conducta”, puntualizó.
La prevención es una herramienta fundamental para reducir la cantidad de siniestros viales que se producen cada año. El Municipio lanzó un curso que se dicta en los barrios de la ciudad, focalizado especialmente en el uso de casco.
Al respecto, habló esta mañana en la 99.9 el Presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes de Tránsito (APRAVAT), Ricardo Vega, quien indicó: “aparentemente, empezó a haber conciencia sobre el uso del casco en las motos. Celebramos que se tome esta decisión tardía por parte del Municipio”.
La conciencia de lo que puede suceder en la calle es poco común entre los argentinos, sobre todos entre los peatones: “no nos damos cuenta que en algún momento todos somos peatones, incluso el que maneja muchas horas por día. El eslabón más débil de la cadena es el peatón, y es el que se lleva la peor parte”.
Vega recordó la necesidad de tener cuidado y ser respetuoso de las normas: “tenemos que empezar a tomar conciencia, ser buenos peatones. La ley nos atraviesa y tenemos derechos y responsabilidades. Como conductores, también debemos respetar al peatón, porque en algún momento nos bajaremos del auto y no nos gustaría que nos hagan lo mismo”.
La cantidad de muertes por este tipo de siniestros sigue siendo preocupante. “Siempre estuvimos cabeza a cabeza con México y Brasil. Toda disminución en la siniestralidad es bienvenida, pero no debemos pensar que estamos bien. Se pierden 8.000 vidas por año inútilmente, porque la mayoría de lo que sucede es prevenible, ya que el factor humano es el que termina desencadenando los accidentes”, resaltó el presidente de APRAVAT.
Y agregó: “diagnóstico ya tenemos desde hace años, pero lo que no vemos son políticas activas para prevenir esta conducta. En 2008 mejoró mucho, con la Agencia Nacional de Seguridad Vial, pero ahora no es mucho lo que se hace. Llevamos demasiadas estrellas pintadas; pensamos que no íbamos a tener tantas, pero son demasiadas”.
El hecho de que sucedan muchos accidentes con pocas víctimas, tampoco ayuda al momento de evaluar la gravedad del problema: “no nos damos cuenta de la cantidad de personas que mueren porque son por goteo, si cayera un avión por semana y fallecieran 200 personas (que es lo que sucede con los accidentes), se cerrarían todos los aeropuertos”.
Por último, Vega volvió a destacar la importancia de tener caminos y rutas en buen estado, algo fundamental para fortalecer la prevención: “hay que empezar a invertir en rutas, hay algunas que son intransitables. Si no se invierte, se paga con vidas. Detrás de cada víctima hay una familia destruida. Es muy triste pensar que hace falta que muera el hijo de un funcionario para que se tomen cartas en el asunto”.