El Gobierno de China tuvo que prohibir el uso del cigarrillo en las escuelas, en lo que fue el último paso de una iniciativa para luchar contra un hábito muy frecuente en el país.
China es el mayor consumidor mundial de cigarrillos y sus ciudadanos fuman en todas partes, incluso en escuelas y hospitales. Pero, a pesar de años de campañas en favor de la salud, el país sigue siendo el número uno en el ranking. Si bien, los gastos en la salud pública están en aumento, las autoridades intensificaron los esfuerzos para erradicar el tabaquismo.
El Consejo de Estado aspira este año a prohibir fumar en sitios públicos a nivel nacional, y varias ciudades ya presentaron regulaciones antitabaco. Pero, a pesar del esfuerzo realizado, las autoridades son criticadas porque sólo aplican las prohibiciones esporádicamente, no lo hacen en absoluto, y es normal ver a personas fumando delante de señales de prohibición.
La nueva restricción, impuesta por el Ministerio de Educación, afecta a guarderías, escuelas primarias y secundarias, y colegios de formación vocacional. Las universidades deben establecer zonas para fumadores y prohibir el hábito en los edificios académicos.
Según responsables de la campaña sanitaria, los esfuerzos antitabaco se vieron frenados por el poderoso monopolio tabacalero del gigante asiático, que paga cientos de miles de millones de yuanes en impuestos cada año.
Las escuelas ya no podrán buscar patrocinios de las marcas de tabaco o colocar anuncios de cigarrillos en sus instalaciones, indicó el ministerio. Los directores deberán aplicar la prohibición instalando alarmas de humo o cámaras de vigilancia, y en las cafeterías se tendrá que dejar de vender tabaco.
El Gobierno chino había pedido a los dirigentes del Partido Comunista y a miembros del Gobierno que dejen de fumar en escuelas, lugares de trabajo, estadios y transporte público, para dar un buen ejemplo.