Aaron Dugmore, de nueve años, era acosado por sus compañeros de colegio de Erdington, en Birmingham, por ser blanco. No sólo llegaron a amenazarlo con un cuchillo de plástico sino que, por las constantes agresiones, lo llevaron a acabar con su vida. Es el suicidio más joven que se ha producido en el Reino Unido.
El hostigamiento constante y la intimidación que sufría este pequeño se habían intensificado durante los últimos meses. El chico de 9 años era centro de burlas, chistes y amenazas en un colegio donde el 75% de los 450 alumnos pertenece a minorías étnicas, principalmente procedentes de India, Pakistán y Bangladesh.
Según cuentan sus padres, sus compañeros llegaron a ponerle un cuchillo de plástico en el cuello advirtiéndole que la próxima vez sería real. “Todos los de raza blanca deberían estar muertos”, le decían.
Finalmente, la historia terminó cuando Aaron fue encontrado ahorcado en su habitación. Sus padres no tienen ninguna duda de que el “bullying” que sufrió lo llevó a tomar esa trágica decisión. El pequeño fue llevado de inmediato al hospital infantil de Birmingham, pero falleció de un paro cardíaco.
Sus madre, Kelly-Marie Dugmore de 30 años, y su padrastro Paul Jones de 43, habían formulado varias quejas en el colegio. Pero nadie hizo nada para detener el acoso. Los directivos de la escuela aseguran que se había resuelto el problema y que el pequeño había logrado integrarse.
Durante el mes de septiembre pasado, Aaron y su familia se mudaron a Birmingham. Según cuentan sus padres, en su antiguo colegio el pequeño tenía buena relación con los demás chicos y nunca se había visto envuelto en ningún tipo de acoso escolar.
Ya en la nueva institución, habían percibido un notable cambio de actitud en su hijo: “se había vuelto más peleón con su hermanos. Nos contestaba mal. Hasta que finalmente nos confesó que estaba siendo acosado y que tenía que esconderse de ellos en el patio durante la hora del almuerzo”, declaró su madre.