El dueño de Andar Transportadora, la pyme que enfrentó a Camioneros, lamentó que no se haya realizado el juicio oral, pero destacó que el fallo marca un antes y un después: “Si no tenemos miedo, ellos no tienen poder”.

Después de cinco años de lucha judicial, el empresario marplatense Alejandro Castell, titular de Andar Transportadora, se expresó en la 99.9 tras el acuerdo judicial que evitó el juicio oral contra cinco integrantes del gremio de Camioneros, acusados de bloquear su empresa en 2020. Si bien el fallo impuso una indemnización económica como parte de una probation, Castell afirmó: “Queda el sabor amargo de no haber llegado al juicio oral, pero también se sentó un precedente. Hoy, estos tipos ya no pisan más a nadie”.
El conflicto comenzó en agosto de 2020, cuando Camioneros bloqueó durante días la sede de su empresa en el marco de una maniobra extorsiva. “Era una locura seguir adelante en ese momento. Tenía todo en contra: la política, la Justicia y hasta colegas que me aconsejaban no hacer nada. Pero con el apoyo de mi familia, decidimos ir a fondo”, remarcó Castell. Cinco años más tarde, y tras una audiencia donde los acusados evitaron el banquillo del juicio oral solicitando la probation, el empresario cuestionó duramente la decisión: “La Justicia dejó mucho que desear. El fiscal incluso pedía el sobreseimiento de Omar Pérez, el número tres del sindicato. Yo no podía creer lo que estaba escuchando”.
El fallo judicial establece que los dirigentes no podrán reincidir durante un año y ocho meses. “No es la condena que esperábamos, pero estos tipos van a tener que cuidarse, ya no pueden hacer lo que quieren. Y eso es porque alguien se animó a decir basta”, afirmó Castell. También advirtió que desde su caso, otros empresarios han notado un cambio en las prácticas del gremio: “Después de lo mío, no molestaron más. Grandes empresas me lo dijeron: se están cuidando”.
Sobre la indemnización, el empresario aseguró que fue insuficiente: “No me pareció justa. Camioneros quería el sobreseimiento, y en su lugar se les impuso una probation. Yo la acepté, pero puse condiciones: que no se acerquen más a nosotros, que nos dejen trabajar en paz”.
Durante la audiencia, relató, se evidenció lo que considera una estructura anquilosada y con poder de coacción: “Estaban Pérez, que es mano derecha de Moyano desde 1987, y otros que hace 20 años no pisan el transporte, pero igual cobran. ¿Qué país puede funcionar así?”. Y agregó: “En un momento parecía que el procesado era yo, no ellos. Fue muy triste”.
A pesar de la resolución judicial, Castell ve un cambio en el escenario sindical: “Esto se terminó. El poder de ellos está en el miedo de nosotros. Si perdemos el miedo y denunciamos, se les acaba el poder. Nosotros no teníamos nada que perder, pero decidimos no ceder. Hoy muchos empresarios nos llaman para preguntarnos cómo seguir. La respuesta es simple: hay que denunciar, grabar, hacer pública la extorsión”.
Finalmente, destacó el acompañamiento de su familia como pilar para sostenerse durante la batalla legal: “Mis hijos fueron clave. Nadie creía que llegaríamos tan lejos, pero seguimos adelante. Mi hija se recibió en este tiempo y ahora trabaja conmigo en la empresa. No nos pudieron torcer”.
La historia de Andar Transportadora refleja el costo que implica enfrentarse a estructuras de poder, pero también marca el camino para otros empresarios que aún hoy temen hablar. “El miedo es su herramienta. Si lo perdemos, no les queda nada”, sentenció Alejandro Castell.