El docente de Ciudad de Buenos Aires está reclamando por el regreso a las clases teniendo en cuenta las consecuencias que tendrá este año sin presencialidad.
El debate acerca del regreso a clases presenciales está en pleno desarrollo porque los propios estudiantes están reclamando por la posibilidad de regresar a las aulas o espacios que estén debidamente acondicionados.
El docente en tres escuelas técnicas de la Ciudad de Buenos Aires, Sebastián Katz brindó su opinión respecto de esta necesidad a través de la 99.9: “para todos fue una experiencia nueva utilizar herramientas que existían para la educación a distancia, pero en marzo nadie se imaginó que íbamos a estar empezando octubre sin volver a la escuela. Con el correr de los meses fue generando un daño enorme a los chicos en términos pedagógicos, pero además, se perdió la escuela como ámbito de sociabilización y de vínculo”.
Cuenta con su experiencia personal para ejemplificar lo que se debe repetir en el resto del territorio nacional en mayor o menor medida: “lo que me está pasando a mí es que en septiembre tuve vínculo con la cuarta parte de los alumnos que tenía en abril. Tuve vínculo con 9 de 65 alumnos, alrededor del 14%. Eso quiere decir que aunque sea me mandaron un mail en un mes. Nos pasa a los docente de armar un Zoom o clase de consulta y quedarnos sólos esperando sin que se conecte ninguno”.
Cuando uno cree que en Capital la situación es distinta a lo que puede suceder en el resto del país, sorprenden los datos. “hay 6.500 chicos que están pidiendo por volver a clases porque incluso en Capital Federal no tienen posibilidad de acceso, chicos sin conectividad en sus casas”. A eso se le agregan las imposibilidades físicas para hacer las tareas: “también hay cuestiones de espacios, de habilitabilidad o metros cuadrados por persona en una casa. Hay chicos que tienen imposibilidad de hacer una tarea cómodo, de una manera razonable”.
Lo que están reclamando, como docentes, es tener cierta planificación, algún camino visible y posible teniendo en cuenta el contexto de la pandemia: “tiene que haber una hoja de ruta, un plan y algunas certezas. Debemos aprender de las cosas que no se hicieron bien. En nuestro país hubo advertencias hacia fines de enero y hubo tiempo suficiente para entrar al aula en marzo de otra manera”.
Sin embargo, no hay previsión y peor aún lo que se ve es desinterés: “es doloroso ver la negativa rotunda a sentarse a hablar sobre un plan, una hoja de ruta y empezar a quitar la incertidumbre, sobre todo por parte del Ministro de Educación”, señaló en referencia a Nicolás Trotta.