El analista Sebastián Maril se refirió a los primeros días de presidencia de Donald Trump en los Estados Unidos y señaló que “quizás no sea tan malo como pensamos”. Dio detalles sobre dos temas claves como los limones argentinos y el muro que separaría a Estados Unidos y México, demostrando que son temas que se han manipulado mediáticamente.
El triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos y su reciente toma de posesión del gobierno, han generado una enorme cantidad de informes sobre sus primeros decretos y determinaciones. En muchos casos, se aporta más confusión que claridad.
El analista Sebastián Maril, uno de los primeros en el país que habló de la posibilidad de un triunfo del magnate en las elecciones, analizó en la 99.9 las primeras horas de gobierno y sobre todo las marchas que se dieron apenas tomó posesión del mandato popular: “el New York Times publicó ayer algo que yo dije tiempo atrás. En todas estas marchas que se organizan, detrás está George Soros porque quiere deslegitimar la presidencia de Trump ya que ante cualquier traspié pedirán el impeachment. Hay que tomar con pinzas las manifestaciones porque no siempre son espontáneas”. Incluso agregó un dato referido a las mujeres y su voto a favor del ganador de los comicios: “el 42% del voto femenino se lo llevó Trump, ganó por 10 puntos a Hillary Clinton en el voto femenino de raza blanca. Lo que sucedió no es tan representativo de la sociedad norteamericana”.
En medio de la campaña habían aparecido figuras de renombre mundial en el ámbito artístico apoyando a Hillary Clinton y la explicación que brindó Maril es que, por ejemplo, “Michael Moore fue uno de los pocos que anticipó que Trump iba a ganar y se enojó porque nadie estaba viendo eso en su país. Históricamente Hollywood es demócrata, habrá pocas expresiones republicanas en ese contexto. Todo pequeño ruido se sumará para que tarde o temprano digan que no es un presidente legítimo”.
Sobre los motivos que tendría Soros para generar este proceso que termine en un enjuiciamiento, agregó que “es una persona que viene armando una estructura del nuevo orden mundial. En Davos dijo que Trump es un dictador que impide el nuevo orden mundial. El hecho de que haya sido el mayor contribuyente de la campaña de Hillary Clinton y que haya ganado Trump, es un palo en la rueda para el cambio que pretende”.
Los ejemplos sobran en los últimos meses para ver que lo que habitualmente forma parte de una idea social, después tiene efectos contrarios en lo fáctico: “cuando el 99.9% del mundo está seguro de algo, tenes que estar convencido que ocurrirá lo correcto. El mundo entero se equivocó el año pasado con el Brexit y con Trump. Quizás nos estemos equivocando y Trump no sea tan malo como se lo pinta”.
Para explicar esta expresión, utilizó dos ejemplos y uno de ellos, relacionado con el reciente tema de los limones argentinos: “hoy salió en el Boletín Oficial de Estados Unidos y dice que suspenderán por 60 días la revisión del arreglo para importar limones argentinos. No era que ya había importación, es costumbre en Estados Unidos que todo presidente entrante pone en suspenso toda medida aún no reglamentada de un presidente saliente”. Como contrapartida, aquí se lo ubicó como una medida contra el país: “en Argentina se dijo que era una medida del nacionalismo de Trump. Lo que hizo es una costumbre, no es que lo primero que hizo fue pensar en Argentina. Obama impidió la semana pasada el ingreso de Argentina al sistema general de preferencias que hubiera ayudado a las empresas argentinas a exportar a Estados Unidos con aranceles reducidos. Es mucho más significativo que lo de los limones”, comparó con una de las últimas resoluciones del presidente saliente.
Otro tema que expuso fue la famosa construcción del muro que lo separe con México y sorprendió a muchos: “el muro es ley desde el 2006 y lo aprobaron como senadores Obama y Hillary Clinton. Se llama Secure Defense Act y dice que en los 3.800 kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos habría que construir 1.000 kilómetros y se construyeron 985. En 2008 y 2010, el congreso intentó terminarlo y no lo logró porque era muy caro. Trump dijo que lo va a terminar y se lo hará pagar a los mexicanos”, aclaró.
La información vertida, lleva a replantearse la situación de Trump y también ha demostrado que mucha gente alrededor del mundo ya no pretende que la inmigración sea constante y en cantidades: “una idea noble que es la globalización, fue estirado a tal punto de quiebre que hay sociedades que están reaccionando con volantazos. El mundo no quiere que se abran las puertas de las fronteras para que entre todo el mundo y cambien las identidades de las sociedades. Estados Unidos y Europa han cambiado mucho en los últimos 30 años y cada vez crece más la cantidad de gente que no quiere ese cambio”, finalizó.