Así lo indicó el analista Sebastián Maril que se refirió a los nuevos aspectos que se abren en la política de Estados Unidos luego de la renuncia de Biden a la candidatura presidencial y el ingreso de Kamala Harris en su lugar.
La renuncia a la candidatura presidencial de Joe Biden y la posterior aparición de su actual vicepresidenta, Kamala Harris como reemplazante, abre un nuevo escenario político en los Estados Unidos.
El analista internacional, Sebastián Maril que sigue muy de cerca estos temas, brindó su opinión a través de la 99.9: “es muy difícil actualmente predecir qué va a pasar. Los republicanos, lamentablemente para ellos, jorobaron tanto con la incapacidad de Biden de poder gobernar y seguir siendo presidente de EE.UU. que ahora se encuentran con que el viejo en la campaña es Trump, que el que tiene problemas de salud es Trump, porque enfrente se van a encontrar con una joven más saludable y más simpática que es Kamala Harris. Obviamente cada uno tiene su opinión sobre esto y hoy mismo estamos viendo que no hay encuestas generales que puedan predecir qué va a pasar. Mi opinión es que Trump va a ganar, pero no va a ser tan abultada la victoria como lo hubiera sido si Biden hubiese sido candidato”.
Respecto de la capacidad de votos de cada uno, agregó que “Trump tiene un piso muy alto en la intención de voto, pero un techo muy bajo y eso se notó en las últimas 48 horas cuando Harris logró juntar de donantes más de $100 millones. Esto significa que el apoyo que no tenía Biden lo va a tener ahora Harris. Y eso es muy importante porque a Trump se le encienden señales de alarma que muestran que esto no va a ser tan fácil como se esperaba”.
También para Harris resultaba importante saber que contaba con la cantidad de delegados para oficializar su candidatura y eso sucedió en las últimas horas: “Kamala Harris logró asegurarse la cantidad de delegados suficientes para que en la convención demócrata del próximo 19 de agosto, logre la nominación partidaria. Recordemos que en EE.UU. los candidatos se eligen por delegados y cada candidato gana la promesa de esos delegados durante las primarias. Biden tenía el 95 % de los delegados demócratas. Esos automáticamente no pasan a Kamala Harris tras su abandono, motivo por el cual Harris tenía que ganarlos. Según datos oficiales de la Associated Press, ayer Kamala Harris tuvo confirmación que durante la convención esos delegados la van a votar ella”.
Los problemas de salud de Biden no son nuevos, pero durante mucho tiempo se decidió ignorarlos. En la carrera política hoy parece que no es lo mismo Biden por su impronta como gobernante ante una Harris que políticamente no tiene muchos méritos: “me sorprende la hipocresía de muchos cuando después del debate se dan cuenta que Biden no puede seguir gobernando. Y por eso todos empezaron a presionar a Biden para que se baje la carrera presidencial. Yo me reía, porque la verdad es que esto se veía venir hace mucho tiempo”.
En ese análisis es que no está seguro de que sea la mejor contendiente para Trump: “ahora hay que ver si Kamala Harris es la candidata ideal para los demócratas porque no ha logrado nada en su vida. No estoy hablando mal de ella, sino estoy mostrando que hoy mismo tenés un ex presidente que durante sus tres primeros años, hasta el Covid, logró hacer maravillas con la economía norteamericana. Y tenés una vicepresidenta que no ha mostrado ningún tipo de logro significativo en los últimos cuatro años como vicepresidenta, ni como senadora anteriormente. Ese va a ser el desafío de Trump y el de Kamala, demostrar que a pesar de que ella fue vicepresidenta, colaboró con la economía y el actual estado del país en general bajo la presidencia de Biden”.
Hay otra realidad que también reflejó Maril y tiene que ver con el voto cautivo que puede tener cada uno y donde está ubicado ese votante: “si mirás el mapa electoral de EE.UU. en términos de territorio, el 90 % es republicano. En términos de peso electoral, el 10 % es demócrata. ¿Pero qué pasa? Los demócratas están todos, absolutamente todos concentrados en las grandes urbes. El EE.UU. rural es republicano. Es decir, el argentino cuando viaja a EE.UU. no conoce al republicano. Conoce Miami, Nueva York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco o Dallas; todas esas ciudades son demócratas. Motivo por el cual no conocen al republicano que vota Trump y por eso lo critican sin conocerlo. Ese peso electoral que tiene el territorio republicano del interior es diferente al peso electoral que tiene el demócrata de grandes urbes. Es el pequeño margen que tiene Trump para ganar o perder, lo va a dictar la campaña y su mensaje hacia la población”. Por último, desde su visión el analista agregó que “Trump tiene que dejar de ser el Trump del 2020, del 2018, del 2016, cuando fue confrontativo, bastante poco diplomático y agresivo; porque ya mostró que puede perder contra un Biden que ya tenía serios problemas de salud”.