El analista internacional habló en la 99.9 sobre la postura del gobierno nacional ante los fallos en Estados Unidos donde se siguen acumulando sentencias en contra del país.
Los frentes judiciales que el Estado argentino tiene abiertos en Estados Unidos parecen cada vez más complicados y, mientras el tiempo pasa, los intereses para el país se van acumulando.
El analista Sebastián Maril habló en la 99.9 sobre lo que está sucediendo y el silencio por parte del gobierno al respecto que resulta, a esta altura, realmente llamativo: “hay silencio de radio, sorpresivamente porque el presidente Milei en todas las cosas ha cambiado a los gobiernos anteriores pero en esto mantienen la misma estrategia legal que Cristina, Macri y Alberto. Eso es prácticamente no hablar del tema, ignorarlo al menos públicamente, y patear la pelota dejando que las cortes hablen. En mi opinión, esa no es una estrategia legal, sino es una excusa, cada vez que Argentina ha utilizado esta estrategia legal, la hemos perdido. La semana pasada hubo novedades, los famosos holdouts de los juicios de Paul Singer, que todavía no han cobrado, tienen una nueva sentencia en contra Argentina. Esta semana una corte norteamericana ratificó el fallo del CIADI por la expropiación de Aerolíneas Argentinas por $340 millones, y así sucesivamente. Argentina sigue diciendo que vamos a apelar y tenemos instancias adicionales. Es preocupante porque sumamos intereses, pero lo más importante es que estamos ignorando la oportunidad y la posibilidad de ahorrarnos miles y miles de millones de dólares negociando un acuerdo descontado con los beneficiarios de estos fallos”.
Incluso en la causa YPF destacó que los intereses ya son astronómicos y le provocarán un gran problema al país: “el próximo 15 de septiembre habremos cumplido un año desde el fallo de YPF y lo vamos a perder, ya lo hemos perdido. No hay forma que lo demos vuelta. Un año más tarde habremos acumulado $840 millones de dólares en intereses más costos legales. ¿Por qué no nos sentamos a hablar con los beneficiarios y en vez de seguir sumando intereses, negociamos un descuento de 40, 50 o 60%? ¿Qué es lo que va a pasar? ¿Qué es lo que se puede hacer? Entiendo por qué este gobierno utiliza esta estrategia legal pero es fallida. Nos ha costado y nos sigue costando. La juez Preska se está cansando como el juez Griesa se cansó en su momento. Cuando el juez Grieza se cansó, empezó a fallar en contra nuestro y nos hizo un agujero económico muy grande. Está pasando con la juez Preska que hasta el momento había mantenido cierta paciencia con la República Argentina”.
En medio y como para agravar la situación, aparece el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, responsable de la decisión que hoy está endeudando al país, a hacer declaraciones públicas que los propios denunciantes pueden usar en su favor: “Kicillof es parte muy importante en el caso expropiación de YPF y es utilizado por los beneficiarios del fallo como evidencia. Ahora lo que dijo es que los ejecutivos de YPF son funcionarios del presidente Milei y la República Argentina y siempre lo han sido. Esa frase es letal, lapidaria, porque cuando tenés un beneficiario del fallo que está intentando probar y comprobar que YPF y la República Argentina son lo mismo; esa prueba muestra que efectivamente es así. Y entonces, si la juez Preska decide que es así, se pueden embargar los activos de la petrolera. Decir, tal vez intencionalmente, que los ejecutivos de YPF son funcionarios del estado, no es buena señal”.
En principio, lo que aclaró Maril es que una empresa estatal no es el Estado, pero los denunciantes están tratando de probar lo contrario y Argentina le da buenos motivos: “que una empresa sea estatal no significa que sea lo mismo que el Estado, que sea el alter ego como se dice en la justicia. Eso queda claro. Ahora, cuando utilizas los aviones privados de YPF para viajar al sur como Cristina Fernanda de Kirchner, cuando fijas los precios y los consultas con el ministro de economía, cosa que ocurre y ha ocurrido, cuando utilizas los fondos de YPF para campaña política de La Cámpora, cosa que ha pasado; eso es ser lo mismo”.