El analista internacional señaló en la 99.9 cuál es la nueva postura que tomaron los acreedores en torno a la negociación de la deuda.
Cuando parecía que la negociación de la deuda para Argentina podía llegar a un acuerdo, los bonistas se pusieron firmes en su postura no sólo rechazando la última oferta del gobierno nacional, sino también adviertiendo que pueden terminar bloqueando el propio acuerdo.
El analista internacional Sebastián Maril explicó en la 99.9 que “como vimos el lunes pasado, la propuesta que presentaron los acreedores no fue satisfactoria para el gobierno que la rechazó y posteriormente, ayer, dijeron ‘aquí estamos queremos participar, negociar y te demostramos quienes somos'”.
La presencia fuerte de estos actores podría realmente hacer caer la negociación y terminar decretando el default: “anteriormente habían dicho que representaban el 32% de los bonos y ahora les dieron 31 nombres en la lista diciendo que esos, más otros nombres que no desean ser mencionados, representan más del 50% de la deuda. Es decir, tienen un poder de bloqueo a cualquier intención argentina que es innegable”.
A pesar de ese panorama, Maril destacó la voluntad de diálogo constante que hubo entre las partes como un “buen síntoma” en las negociaciones: “lo bueno desde los últimos días de abril es que no han detenido el intercambio de propuestas. Es buena señal porque se está negociando, siempre hubo comunicados en privado como en público. Hoy hemos visto que el 4 de agosto concluye la oferta de canje y si no hay novedades, sabemos desde ayer que es imposible que Argentina llegue a un mínimo indispensable para activar las cláusulas. O se acuerda antes del 4 de agosto o se extiende la fecha. No creo que la tercera variable sea patear el tablero y no acordar porque están muy cerca los números”.
Desde su óptica, el problema legal entre los bonos emitidos durante el gobierno de Cristina Fernández y los que se emitieron en el de Mauricio Macri, es el eje central de la discusión: “lo legal siempre fue un problema, el mundo entero se hacían eco de la parte económica, pero en el fondo había un tema legal; la protección ante una nueva reestructuración en Argentina. Es mejor la protección crediticia para los acreedores con los bonos de Cristina Kirchner mientras que los de Macri protegen más al soberano”.