El trabajo del CONICET consideró 23 indicadores ambientales, de salud, educación y vivienda. A nivel regional, se destacan Cuyo y la Patagonia. Vicente López está en el segundo lugar, aunque su performance empeoró con respecto a 2001.
Un estudio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) determinó que en estos últimos diez años mejoró la calidad de vida en la Argentina, y que Mendoza Capital es el distrito del país que lidera este progreso.
Tiempo atrás, el doctor en Geografía, Guillermo Ángel Velázquez (investigador principal CONICET y vice-director del Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales, IGEHCS), analizó la calidad ambiental en 510 departamentos, distritos o partidos de todas las provincias, entre los cuales sobresalieron Junín (San Luis), Manuel Belgrano (Jujuy) y Malargüe (Mendoza). Ahora, incluyó a las Islas del Atlántico Sur y la Antártida, junto a las 15 comunas de la Ciudad de Buenos Aires; y analizó a las 528 unidades de estudio (departamentos, partidos y comunas) agregando parámetros socio-económicos. Los resultados finales de calidad de vida fueron encabezados por Mendoza Capital, Vicente López, Ushuaia, San Isidro, Lago Argentino (Santa Cruz), la capital sanjuanina, Yerba Buena (Tucumán), Ciudad de Buenos Aires, Los Lagos (Neuquén) y el partido bonaerense de General Pueyrredón, cuya cabecera es Mar del Plata.
“Estos datos difieren de los de calidad ambiental, porque para calidad ambiental se toman problemas ambientales y recursos recreativos, tanto naturales como construcciones sociales. Mientras que para calidad de vida se toman, además, indicadores de educación, salud y vivienda”, señaló Velázquez a Tiempo Argentino. Los censos, las categorías del INDEC y las cifras oficiales de los ministerios fueron las principales fuentes de información de las 23 variables que entrecruzó.
Su trabajo, que saldrá publicado como libro en un par de meses, sostiene que “las transformaciones experimentadas por la Argentina durante la primera década del siglo XXI muestran indudables logros respecto a las condiciones de vida de la población”, al analizar temas como salud, educación y calidad ambiental, aunque “existen algunas contradicciones” en cuanto a las regiones. Los valores fueron tomados del 1 al 10. El mejor Índice de Calidad de Vida (ICV) dio 8,16. El más bajo, 2,84. Cuyo y la región patagónica, particularmente Santa Cruz y Tierra del Fuego, fueron las más destacadas en sus mejoras generales. Velázquez, que actualmente reside en Tandil, dio su explicación de por qué el primer lugar es para la capital mendocina: “Mendoza Capital tiene un altísimo porcentaje de graduados universitarios (22,85%, récord nacional), muy baja población sin retrete (0,94%) y baja tasa de mortalidad infantil (9,16 por mil). Con respecto a los recursos recreativos de base natural, tiene un puntaje de 7,50. Para contraponer, por ejemplo, Ramón Lista (Formosa) tiene 1,28% de graduados universitarios, 42,87% de población sin retrete, una tasa de mortalidad infantil de 20,08 por mil (esta última, probablemente subregistrada) y recursos recreativos de base natural 3,85 puntos”. Ramón Lista figura última en el ranking, pero mejoró 0,10 puntos respecto a 2001.
Las diez ciudades con peores valores son del norte del país. Y excepto Rivadavia y Bermejo, el resto progresó comparado a diez años atrás. Distinta es la situación de Vicente López y CABA, que si bien figuran 2º y 8º respectivamente, empeoraron entre 0,21 y 0,54 puntos de Calidad de Vida en estos diez años. “Hay lugares como Tandil que están bastante bien en educación y salud, pero en vivienda pésimamente mal, con una especulación terrible por los estudiantes y el turismo que la hace inalcanzable”, graficó Velázquez.
Sus primeros estudios en este sentido se originaron a principios de los ’80. Según expresó el especialista, durante los ’90 “hubo una clara hegemonía del modelo neoliberal, lo que produjo concentración de riqueza, desempleo y desigualdad de oportunidades que retroalimentaban la situación de fragmentación social preexistente con un puñado de agentes y territorios ganadores, frente a una abrumadora mayoría de perdedores. Desde entonces, la situación de Iberoamérica en general y de la Argentina en particular ha cambiado significativamente”. En ese sentido, destacó la disminución “sustantiva” de la población con escolaridad deficiente, asociada a la mayor contención en el sistema educativo formal, “aunque probablemente en un contexto de persistencia de la fragmentación de los circuitos educativos”.
Otro indicador importante en el rubro educativo fue el universitario. Desde el Ministerio de Educación de Nación resaltaron que en estos diez años se crearon nueve universidades. “La población egresada de 25 años o más aumentó un 54 por ciento: de 2.174.672 alumnos a 3.363.119. El aumento de la matrícula de las 47 universidades públicas y las 46 privadas entre 2001 y 2010 fue del 22 por ciento”, apuntaron.
“Por otra parte, la cobertura de salud también se ha incrementado fuertemente, logrando revertir los retrocesos verificados en 2001, en parte por el incremento del presupuesto del sector y en parte por el desempeño del mercado laboral durante este lapso”, aseguró Velázquez. Recientemente, al conocerse un informe de la OMS donde se destacaba una baja en la mortalidad infantil de la región, el Ministerio de Salud de Nación informó que la Argentina pasó de 16,5 por 1000 nacidos vivos en 2003 a 11,1 en 2012. “La expectativa de vida –explicó el secretario de Promoción y Programas Sanitarios de la Nación, Jaime Lazovski– es un cálculo que se obtiene con respecto a los años de vida que se ahorra la población en general; entonces, cuanto más mejora la mortalidad infantil, se eleva sustancialmente el promedio general”. En los últimos diez años, la evolución de la esperanza de vida al nacer pasó de 73,8 años en 2001 a 75,2 años en 2010, de acuerdo a las cifras oficiales.
En la Provincia de Buenos Aires mostraron mejores números los partidos del interior (el Partido de Saavedra, sorprendiendo en un 11º) que las del Gran Buenos Aires, que mostraron niveles dispares, posiblemente “porque los intendentes del Conurbano deben atender urgencias más inmediatas a las cuestiones ambientales o recreativas, como es la mayor inclusión en áreas claves como Educación y Salud”, consideró Velázquez.
La Matanza (376º) y Lomas de Zamora (326º) son dos ejemplos, con mejoras en aspectos generales como la educación (incluida la universitaria), pero con zonas de hacinamiento, disparidad ambiental y situaciones precarias, en un contexto de crecimiento poblacional del 5% en el caso de Lomas y del 42% en el partido del oeste del Gran Buenos Aires. Con 6,99 puntos de Índice de Calidad de Vida, el partido de Tigre quedó en el 66º lugar, lejos de sus vecinas Vicente López y San Isidro. Pilar quedó en el 313º y Malvinas Argentinas, de los peores partidos del Conurbano, descendió al puesto 385º, al haber perdido en diez años unos 0,8 puntos.
Otras ciudades importantes del país tuvieron rendimiento dispar: Bariloche quedó 11º con 7,58 de ICV, Córdoba Capital 17º (7,48, bajó 0,25 respecto a 2001); La Plata 32º (también bajó); Rosario 47º (subió 0,5 puntos), Salta Capital 50º (creció en diez años). La provincia cuya capital quedó más abajo fue Tucumán, en el puesto 134º. Humahuaca (Jujuy) en el 238º, aunque tuvo gran alza en diez años: pasó de 5,25 ICV a 6,43.
Velázquez explicó que su trabajo aborda solo el aspecto público: “si los partidos de la zona norte del GBA y Capital tuviesen más sitios con acceso público, quitando concesiones en espacios verdes y la ribera, seguramente subirían más en sus puntajes“. Y que persigue el objetivo de que “al visibilizar la situación de todas las regiones, tomando diferentes variables, pueda servir de elemento a los gobernantes”.
Calidad ambiental
En los primeros lugares del ranking elaborado sobre calidad ambiental figuran los departamentos de Junín (San Luis), Manuel Belgrano (Jujuy) y Malargüe (Mendoza).
A ellos les siguen todas ciudades del interior como Bariloche (Río Negro), Ushuaia (Tierra del Fuego), Luján de Cuyo (Mendoza), La Capital (San Luis), Yerba Buena (Tucumán), Los Lagos (Neuquén) y La Rioja capital.
Los de peor calidad ambiental, en cambio, son Ensenada y Marcos Paz (ambos de la Provincia de Buenos Aires y encabezando el listado de desaprobados). Siguen otras como Rivadavia (Salta), Presidente Perón (otra vez, la Provincia de Buenos Aires) y Limay Mahuida (La Pampa).
Así, las tablas muestran a quienes hacen bien las cosas y quienes no a nivel del cuidado ambiental.