Surge de un estudio latinoamericano sobre rendimiento. La brecha se da en la Argentina y en otros pocos países.
Un estudio de Unesco publicado ayer encontró que los alumnos argentinos que asisten a escuelas privadas rinden mejor en lectura y en ciencias naturales que sus pares que asisten a escuelas públicas. El dato se refiere a 3° y 6° grado, donde los alumnos de primarias privadas obtuvieron un promedio de 30 puntos más que los de colegios estatales en esas dos áreas. En matemática, en cambio, no se encontraron diferencias entre los dos tipos de escuela, una vez descartada la variable socioeconómica.
El dato surge del segundo informe de resultados de la prueba TERCE de Unesco, presentado ayer. El estudio se refiere a la educación primaria en 15 países de América Latina, entre ellos Argentina. Mientras que los resultados de desempeño ya se habían difundido en diciembre del año pasado, el eje de este nuevo informe son los “factores asociados” al aprendizaje.
El estudio encontró que la brecha de aprendizaje entre el sistema público y privado se da en casi todos los países latinoamericanos, pero cuando se descarta la influencia del nivel socioeconómico de las escuelas, solo unos pocos siguen presentando diferencias: entre ellos, Argentina, Paraguay y Uruguay, en ciertas materias y grados. En la mayoría de los países, las diferencias de logro entre los distintos tipos de escuela se atenúan o desaparecen al considerar el nivel socioeconómico de los estudiantes.
Al comparar las escuelas públicas rurales con las urbanas, el estudio de Unesco encontró que las primeras rinden mejor. Las escuelas rurales argentinas se destacan a nivel regional: sus alumnos alcanzan mayores niveles de logro en lectura, matemática y ciencias naturales que los estudiantes de escuelas públicas urbanas.
El informe TERCE también halló que los contextos de violencia en la escuela atentan contra el aprendizaje, en Argentina y en países como Brasil, Colombia y México. Por cada punto que aumenta el índice de violencia en el entorno escolar, los puntajes de los estudiantes se reducen entre 8 y 38 puntos. “La percepción de violencia se relaciona negativamente con la asistencia, conducta y resultados académicos de los estudiantes”, advierte el documento. Y agrega que las escuelas insertas en entornos de alta violencia “trabajan en mayor aislamiento y sus miembros participan menos de la comunidad escolar que cuando el tejido social es más fuerte”.
Esto puede resultar preocupante si se considera otra de las principales conclusiones del estudio: la participación de las familias en la educación de sus hijos es clave para que estos logren mejores aprendizajes. “Cuando los padres llaman la atención, felicitan o apoyan a los estudiantes por sus notas, el logro académico se incrementa en un rango de entre 7 y 36 puntos”, sostiene el documento de Unesco.
Otro de los hallazgos centrales es que en América Latina el nivel socioeconómico de la escuela resulta la variable más importante para explicar el logro académico de los alumnos. Pero Argentina es una excepción: en comparación con los demás países examinados, el nivel socioeconómico de las escuelas locales tiene una “influencia moderada” sobre el aprendizaje.
En otras palabras, el sistema educativo argentino es más igualitario que el promedio regional. “Un sistema escolar más homogéneo en la distribución de sus resultados, como el de Argentina, se beneficia de políticas educativas universales –recomienda Unesco–. Estas pueden incluir cambios curriculares, introducción de sistemas de enseñanza de efectividad demostrada, mejoramiento en la formación inicial docente y el desarrollo continuo, entre otras iniciativas”.
El uso habitual de computadoras en clase baja el rendimiento
El uso habitual de las computadoras en la escuela atenta contra el aprendizaje. El dato también surge del estudio TERCE: en la Argentina, los chicos de 6° grado que usan la computadora en clase más de dos veces por semana obtienen entre 30 y 45 puntos menos en Lectura, Matemática y Ciencias. El uso de las netbooks una o dos veces por semana, en cambio, no afecta el aprendizaje de los chicos argentinos: ni lo mejora ni lo empeora.
En los otros 14 países evaluados, el uso cotidiano de la computadora en clase también disminuye el aprendizaje. Pero países como Uruguay sí logran mejorías en el desempeño cuando el uso es más moderado: los chicos uruguayos que usan netbooks dos veces por semana obtienen un promedio de 30 puntos más, comparados con sus compañeros que no utilizan estas tecnologías.
De todos modos, el informe aclara que el uso diario de la computadora en casa sí favorece mejores aprendizajes. A mayor frecuencia de uso del computadora en el hogar, mayores son también los resultados académicos de los estudiantes: los alumnos argentinos que utilizan la computadora en su casa obtienen entre 20 y 30 puntos más que sus compañeros no lo hacen. En otras palabras, las nuevas tecnologías no están produciendo mejores aprendizajes cuando se usan en el aula, pero el acceso a estas herramientas sí resulta crucial para la educación de los chicos.