Law Wang-Tung atacó física y psicológicamente a su empleada doméstica durante meses.
Sentencia ejemplar para la ama de casa hongkonesa que torturó durante meses a su empleada doméstica indonesia. Un tribunal del distrito de Wan Chai dictaminó este viernes seis años de cárcel para Law Wang-Tung, de 44 años, dos semanas después que la misma juez la declarara culpable de hasta 18 cargos vinculados con el maltrato tanto físico como psicológico a Erwiana Sulistyaningsih y otra de sus sirvientas. La condenada también deberá pagar una multa de 15.000 dólares de Hong Kong, unos 1.725 euros.
El caso suscitó una fuerte polémica y una ola de indignación ciudadana por la brutalidad de las lesiones que sufrió y sacó a relucir el debate sobre las condiciones de muchas de las empleadas domésticas que trabajan en la excolonia británica. Erwiana volvió a Indonesia con la nariz rota, los dientes fracturados y numerosos hematomas en la cabeza y el cuerpo tras servir durante siete meses a su empleadora. Law también amenazó con matar a la familia de Erwiana si ésta contaba algo de lo sucedido.
“El comportamiento de la acusada fue despreciable y no ha mostrado ningún tipo de compasión hacia las víctimas”, aseguró la juez. Durante el proceso Erwiana explicó que su empleadora llegó a pasar el tubo de la aspiradora por su boca -lo que le produjo cortes en los labios- y que fue humillada cuando Law le arrancó la ropa y la expuso ante un ventilador tras una ducha de agua fría. Cuando en enero de 2014 volvió a Indonesia, los médicos detectaron también quemaduras en su cuerpo provocadas por agua hirviendo.
La empleadora negó en el juicio los 20 cargos que se le imputaron excepto uno -no haber contratado un seguro que cubriera a su sirvienta-, pero el tribunal la declaró culpable de 18 de ellos. “El caso presentado por los abogados demandantes es sólido y las evidencias contundentes”, reafirmó la juez.
Los abogados de la defensa intentaron este viernes, sin éxito, mitigar la sentencia alegando que las acciones de Law “no son las peores que se han visto” y que “no había evidencia de daños físicos o psicológicos permanentes”. También explicaron que su clienta ha donado unos 70.000 dólares de Hong Kong (unos 8.000 euros) durante muchos años a organizaciones caritativas de la región. La juez consideró que todos estos factores mitigantes no contradicen el hecho de que la acusada es “una abusona”.
Según datos de Amnistia Internacional, unas 330.000 mujeres -principalmente procedentes de Indonesia y Filipinas- trabajan en el sector del servicio doméstico en Hong Kong. La gran mayoría ganan el salario mínimo establecido para este sector, de 4.100 dólares (470 euros) y realizan jornadas maratonianas. Son forzadas a vivir con sus empleadores por ley, lo que, según las organizaciones pro derechos humanos, favorece los abusos y el maltrato. Precisamente la juez remarcó que este tipo de conductas abusivas podrían prevenirse si la legislación hongkonesa fuera más flexible en este ámbito.