“Ser autosuficientes en gas y petróleo llevaría entre cinco y diez años”

Tras el desplome del 63% en el precio del petróleo registrado desde julio de 2014, mientras los precios de los commodities permanecen anestesiados y cuando la producción de gas y petróleo nacional no logra despegar para satisfacer la demanda interna, hablamos con Frank McGann, un referente del área energética perteneciente a Bank of Ame-rica Merrill Lynch, quien destacó las importantes posibilidades que existen de atraer “gigantescas” cantidades de inversión a nuestro país.

 

Frank-McGannPor Miguel Ferreyra De Bone

Situados en la recta final de un año electoral, donde dos modelos de país se disputan el futuro por venir y cuando los vientos de cola que soplaban en los mercados emergentes en años anteriores han cesado, el experto Frank McGann comentó cómo ve a la industria petrolera en la Argentina y qué esperan los que más saben del sector sobre qué sucederá con los precios del barril, los pronósticos de inversión y la situación en la formación de Vaca Muerta.
El especialista aventuró una opinión sobre el tan deseado autoabastecimiento, en momentos en que la Argentina gasta anualmente, según el INDEC, casi 11.000 millones de dólares en importación de combustibles y aseguró creer que “con las políticas correctas, el sector energético tiene posibilidades de atraer a “muchas empresas que quieren participar en nuestro país”.
En este sentido, dijo que “no importa quién gane las elecciones presidenciales, el Gobierno que venga tendrá muchos incentivos para intentar tener una política favorable para el sector energético, debido a los costos de importación del gas y el costo de los subsidios”. Y afirmó que “dichos costos son algo que cualquiera de los candidatos querrá reducir”.

Miguel Ferreyra: ¿Cómo influyen los costos de producción en la explotación del yacimiento de Vaca Muerta?

Frank McGann: Con respecto a las perspectivas de rendimiento y de producción de Vaca Muerta, creo que los costos de perforación se deben llevar a niveles más bajos antes de tener grandes resultados. En este momento se está en una fase de comprensión de los recursos que se poseen y se están llevando a cabo diferentes estudios y procesos que ralentizan las perforaciones y las hacen mucho más costosas. Una vez que YPF entienda mejor lo que está enfrentando a nivel de recursos geológicos, será posible bajar los costos y maximizar las cantidades de producción de los pozos. En este sentido, para el shale oil (petróleo no convencional) los primeros dos años de producción son los más importantes en términos de retornos de la inversión. Así, la estructura de costos junto con el costo del capital en nuestro país es crítica, y bajarlos es imprescindible, para que cuando se produzca de forma masiva se pueda tener un proceso de desarrollo que sea competitivo.

M.F.: Los costos son cruciales. ¿Qué se ha estado haciendo para que el proceso de desarrollo sea más competitivo?

F.M.: La empresa estatal está llevando a cabo el desarrollo de producción de arena nacional en Chubut (utilizada para la extracción del shale oil), para sustituir importaciones de China, Brasil y EEUU. También se está renovando una línea de ferrocarriles que unirá Bahía Blanca con General Roca en Río Negro, y esto reducirá la estructura de costos, llevándola a niveles más competitivos.

Uno de los costos que se destacan es el de la mano de obra, por ser excesivos para la industria del petróleo, pero creo que la mayoría de los especialistas entiende que está en el interés de los sindicatos, de los trabajadores, del país y de las compañías que se pueda encontrar la mejor forma de que este mix de costos funcione y que con el tiempo esos temas se resuelvan.

M.F.: ¿Entonces es mucho más costoso perforar en la Argentina, en comparación con otros países?

F.M.: En cuanto a los costos de perforación en la Argentina, hoy en día son de alrededor de 15 a 20 millones de dólares para pozos horizontales y, en contraste, en EE.UU. esos pozos cuestan entre 7 y 8 millones. Por lo tanto, se está trabajando con un pozo muy costoso, en gran parte debido a que se encuentran aún en una fase exploratoria. La idea es minimizar el riesgo, entendiendo todo lo que se pueda, antes de llevar a cabo un desarrollo a gran escala.

M.F.: ¿Qué esperan que suceda con los precios del crudo?

F.M.: En relación con los precios del petróleo a nivel internacional, existen riesgos de que los precios del barril sigan en los bajos niveles actuales, debido a que hay un exceso de oferta en el mercado. La situación es un poco preocupante en el corto plazo, pero vemos el precio del barril en u$s 70 en 2017, y para el año siguiente lo esperamos en u$s 80. De esta manera, si se tiene una mirada de largo plazo, esta situación es muy favorable para la Argentina.

De acuerdo con lo que se menciona anteriormente respecto de los costos de perforación, es importante destacar que con un mayor nivel de precios en los próximos años, YPF estaría en condiciones de aprovechar los vientos de cola durante los primeros dos años más importantes para un pozo, en términos de retorno de la inversión, teniendo en cuenta que después del segundo año el pozo deja de dar resultados extraordinarios y se verifica un declive fuerte a nivel productivo.

En este sentido, para algunas compañías las condiciones microeconómicas y macroeconómicas no son tan favorables, y pese a que ellas están siendo un poco cautelosas, lo aprendido en estos años será de utilidad para ver grandes resultados en el futuro.

M.F.: Respecto de la producción nacional de crudo, ¿cuándo llegaremos a ser autosuficientes en la Argentina?

F.M.: Creo que estar en condiciones de ser autosuficientes en términos de gas y petróleo llevaría por lo menos entre cinco y diez años. La Argentina tiene los recursos para ser un gran productor a nivel mundial, sólo depende de qué tan rápido las mejoras sucedan en cuanto a los costos, los precios y las políticas. Así, como conclusión, en los próximos años será extremadamente interesante ver el impacto de todas estas situaciones en el crecimiento económico del país.

Perfil

Frank McGann vive en la Argentina desde el año 1995 y trabaja para Bank of America Merrill Lynch. Fue elegido en 2009 por la revista Forbes como el analista más destacado en el sector energético.