La ciencia descubrió que las personas que siempre llegan tarde tienen una personalidad particular.
Es normal que por algún imprevisto las personas puedan llegar eventualmente tarde alguna vez, pero llegar siempre tarde es otra cosa. Para los puntuales, esa actitud es bastante molesta. Ahora, los científicos descubrieron la impuntualidad es un efecto secundario de un tipo de personalidad.
“Mejor tres horas demasiado pronto que un minuto demasiado tarde”, decía William Shakespeare, a lo que los impuntuales responden: “más vale tarde que nunca”.
Los investigadores han tratado de analizar esta conducta durante décadas, y han encontrado algunos rasgos reveladores:
Según Justin Kruger, un psicólogo social de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York, EE.UU.,“existen todo tipo de desalientos y castigos por llegar tarde, y la paradoja es que llegamos tarde, incluso cuando esos castigos y consecuencias existen”.