El ex procurador general de EE.UU., Paul Clement, defendió la posición argentina en su participación del encuentro “Reestructuraciones de deuda soberana: ¿Por qué NML vs. Argentina importa a todos?”.
“Si la interpretación actual de los tribunales inferiores sobre el pari passu se mantiene, cambiará radicalmente el balance de poder en favor de los holdouts, a tal grado que pondrá en peligro todas las reestructuraciones de deuda soberana voluntarias”, señaló ayer Paul Clement, abogado que asesora al país en el litigio iniciado por los fondos buitre. El ex procurador general de Estados Unidos disertó durante un encuentro organizado por la embajada argentina en Washington bajo el título “Reestructuraciones de deuda soberana: ¿Por qué NML vs. Argentina importa a todos?”.
El grupo de fondos buitre encabezado por NML Capital (de Paul Singer) obtuvo sendos fallos en primera y segunda instancia en Nueva York, que obligan al país a pagarles 1330 millones de dólares que reclaman en concepto de capital e intereses sobre bonos en cesación de pagos desde 2001. La semana pasada, el país apeló la decisión ante la Corte Suprema de Estados Unidos. Clement es clave en la posibilidad de que el máximo tribunal estadounidense tome el caso. “Argentina está peleando por su derecho a pagar”, aseguró el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos, en ese seminario.
La importancia que reviste este diferendo judicial convocó a más de cien expertos de la Casa Blanca, el Congreso de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros, en las instalaciones de la dependencia diplomática argentina. En representación del país compartieron panel Chodos y la embajadora Cecilia Nahón. Un desenlace en favor de los fondos buitre no solo impactará en la economía argentina, sino que además generará un pésimo precedente para futuras reestructuraciones de deuda soberana. Si se garantiza desde la justicia estadounidense la posibilidad de accionar contra las condiciones originales de los bonos en default, no habrá incentivo para que los tenedores de los papeles acepten entrar en ese tipo de operaciones y aceptar una quita.
La exposición de Clement estuvo centrada sobre el mal precedente en caso de un fallo adverso para el país, aunque en el Palacio de Hacienda insisten en destacar el atropello sobre la inmunidad soberana tanto en la política económica como en los activos argentinos en otras plazas financieras. “La evasión de los tribunales del tema de la inmunidad soberana extranjera es un asunto de interés para todos los Estados soberanos”, sostuvo Clement, última incorporación del equipo económico y legal que lleva adelante la defensa del país contra los fondos buitre. Experto en causas ante la Corte Suprema de Estados Unidos, centró su exposición en los argumentos clave del recurso extraordinario (writ of certiorari) presentado ante el máximo tribunal, en la que se solicitó la revisión de las decisiones “erróneas” tomadas en los tribunales inferiores.
La presentación ante la Corte sostiene que los fallos de los juzgados de Distrito (Nueva York) violentan la inmunidad soberana del Estado argentino consagrada en la ley estadounidense y resalta la interpretación errónea que hacen de la cláusula de pari passu (tratamiento igualitario entre los acreedores) que esgrimen los buitres y convalidaron los jueces. En el extenso texto argumental se alerta también sobre los riesgos de un default técnico debido a que el pago a los holdouts estaría garantizado por los fondos destinados al servicio de la deuda reestructurada, lo que generaría la imposibilidad de cumplir con ambos. Nahón y Chodos se concentraron entonces en las implicancias sistémicas del caso argentino. Recordaron que actores diversos como los Estados Unidos, Francia, el G-77 más China, instituciones como el FMI y expertos como los economistas Joseph Stiglitz y Nouriel Roubini advirtieron sobre los posibles efectos que podría tener el tema si se sostienen los fallos. “La resolución del caso determinará si una minoría de especuladores podrá asegurar una nueva arma que fortalecerá a holdouts en todo el mundo, amenazando el flujo de los pagos a los tenedores de bonos que aceptaron reestructuraciones de deuda”, concluyó la embajadora.