En 2014, militantes del autodenominado Estado Islámico, EI, avanzaron en el noreste de Irak y cautivaron a miles de integrantes de la minoría religiosa yazidí.
El objetivo del grupo radical islamista era erradicar la cultura y forma de vida de los yazidíes.
Hombres y adolescentes varones mayores de 12 años fueron obligados a convertirse al Islam. Aquellos que se negaron fueron ejecutados, según informes. Mujeres y niños fueron transferidos a la fuerza a diferentes localidades en Irak y Siria.
Vian Dakhil, miembro yazidí del parlamento iraquí, estima que al menos 3.700 mujeres y niños aún son mantenidos como esclavos.
Por su parte, Nadia Murad, una joven que logró escapar de EI, dijo que cientos de mujeres yazidíes fueron secuestradas, violadas y vendidas como esclavas sexuales.
La periodista Nafiseh Kohnevard, de la BBC, viajó a un campamento de desplazados en Irak donde habló con Zelda, una niña de 8 años que permaneció cautiva de EI junto a su familia durante cerca de un año.