Seis personas murieron por la explosión de una bomba en una céntrica calle de la ciudad.
La Justicia de Turquía ha condenado este viernes a siete cadenas perpetuas a la principal sospechosa de haber llevado a cabo el atentado que tuvo lugar en noviembre de 2022 en la ciudad turca de Estambul y que se saldó con seis muertos y casi un centenar de heridos. La acusada, que ha sido identificada como Ahlam Albashir y habría colocado la bomba en la transitada y céntrica avenida de Istiklal, ha sido vinculada a la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), a la que Ankara considera una organización terrorista.
La sentencia incluye una pena de 1.794 años de cárcel para Albashir, que está siendo juzgada ante un tribunal de Estambul junto a otras catorce personas presuntamente implicadas en el atentado. Así, la corte ha fallado que “atentó contra la unidad y la integridad territorial del Estado turco” y “mató deliberadamente colocando una bomba de forma premeditada”.
La sentencia también incluye una multa de 22.000 liras turcas (unos 632 euros) por 99 delitos de intento de asesinato intencionado y “posesión de sustancias peligrosas sin permiso”. Sus abogados, no obstante, han recordado que la acusada estaba embarazada en el momento del atentado y que su salud mental “no era buena”, según informaciones recogidas por la agencia turca de noticias Anatolia. “No me defenderé. Acepto cualquier castigo que se me imponga por la explosión y por los que murieron”, ha aseverado Albashir al dirigirse al tribunal.
El resto de acusados han asegurado que no tenían nada que ver con el ataque y han solicitado su exoneración. Estambul ha sido golpeada por varias explosiones en el pasado, incluido un atentado suicida en Istiklal en 2016 por parte de un presunto miembro del grupo yihadista Estado Islámico que costó la vida a cinco personas. En el mismo año, PKK se atribuyó la responsabilidad de un atentado con bomba que mató a 38 personas fuera de un estadio de fútbol en el área de Besiktas en el centro de Estambul.