La idea es muy popular entre los mexicanos, sobre todo entre los ‘milenials’. Quieren que el cuarto hombre más rico del mundo tome las riendas del país como revulsivo a Trump.
“Millonario en Washington contra súper millonario en Ciudad de México”; es el título del combate que a muchos mexicanos les gustaría ver. Y es que la idea de Carlos Slim como presidente es muy popular entre los mexicanos, sobre todo entre los ‘milenials’, quienes desde principios de año buscan a golpe de hashtag que el cuarto hombre más rico del planeta “se anime” a tomar las riendas del país como revulsivo al magnate-presidente Trump. Una manera de combatir fuego con fuego.
“Es uno de los empresarios más exitosos del mundo. Sabe cómo llevar las finanzas de sus compañías; y, al final del día, los prepuestos del Estado son como los de una empresa, ¿no?”, dice Catalina García, una ingeniera informática de unos 28 años. “La respuesta a nuestros problemas es #Slim2018”, opina Adrián Cervantes en Twitter. “Lo bueno es que no robaría porque ya es rico”, dice Carlos, taxista en la Ciudad de México de unos 40 años, quien también apoyaría la candidatura de “El Ingeniero” -como se le conoce en el país-.
Pese a los deseos de sus compatriotas, parece que el Amancio Ortega mexicano no tiene muchas ganas de ser presidente. Después de que una encuesta le situara como el tercer “candidato” más popular de cara a las presidenciales de 2018 -según una encuesta- y de reunirse con Trump a principios de año, Slim convocó una rueda de prensa en enero para descartar, por ahora, que vaya a presentarse a las elecciones. Pero con los hashtags #AnímateSlim o #SlimparaPresidente el runrún ha continuado en Twitter y en la calle, debido en parte a la baja popularidad del presidente Peña Nieto, cuya aprobación en febrero era sólo del 17%.
“Yo descartaría una candidatura de Slim para 2018. No creo que esté interesado en presentarse a las elecciones”, explica a El Confidencial el periodista Diego Enrique Osorno, autor del libro ‘Slim: Biografía política del mexicano más rico del mundo’, una aproximación a su vida política más allá de su carrera empresarial. “Es un hombre de empresa que piensa constantemente en hacer negocios y, además, le gusta mantener un perfil bajo”, añade Osorno sobre dos características del magnate incompatibles con una carrera política.
Para el periodista, es muy interesante cómo ha cambiado la popularidad de “El Ingeniero” en pocos años. “En 2007 era visto como un beneficiado de la clase política -debido a que su principal compañía de telecomunicaciones, Telmex, era anteriormente una empresa pública-. Pero ahora la mayoría admira a Slim”, se sorprende Osorno de esta “vuelta de tuerca” de la imagen del empresario que se ha vuelto especialmente popular entre los jóvenes.
Los ‘milenials’ mexicanos se enorgullecen de que un mexicano esté siempre en el top de la lista Forbes, ven al millonario como un empresario hecho a sí mismo y alaban sobre todo la “austeridad” que siempre lo ha caracterizado. “Mientras que nuestros políticos viven como faraones y se pegan una vida digna de jeques árabes, Slim es un tipo sencillo de perfil bajo que no parece ni rico”, asegura Osorno.
“Los que le apoyan en internet son jóvenes desinformados que reaccionan por impulsos y que no leen”, opina el periodista José Martínez, autor también de una biografía del empresario de ascendencia libanesa. Martínez alerta de que sería “muy peligroso” tener una persona con tanto poder económico residiendo en Los Pinos -la Moncloa mexicana-. “Tendría muchísimos conflictos de intereses y estaríamos en el riesgo de caer en una plutocracia”, opina el escritor de “Carlos Slim. Retrato Inédito”.
No obstante, Martínez señala que el apoyo a la cuarta fortuna del mundo proviene no sólo de jóvenes, sino de todo el espectro social. Amas de casa, trabajadores y taxistas, pero sobre todo entre los jóvenes que entran en el mercado laboral y que “glorifican” su carrera empresarial. “Es una persona muy importante para México, pero su objetivo son los negocios y la rentabilidad, mientras que los de un político deben ser los de servir al país”, dos metas enfrentadas según el periodista.
Cada vez resulta más popular tener “outsiders” de la política dirigiendo gobiernos. Además de Trump presidiendo EEUU, en Argentina Mauricio Macri, también empresario, fue elegido presidente del Gobierno y, en Guatemala, su Jefe de Estado, Jimmy Morales, era actor y presentador de televisión. “Los mexicanos tienen un tremendo malestar con la clase política. Tenemos un mercado electoral lleno de frutas podridas, por lo que resulta tierra fértil para que llegue un outsider”, analiza el profesor de opinión pública de la Universidad Iberoamericana, Iván Iturbe.
Por ahora el candidato más popular de cara a las elecciones de 2018 es el político de izquierdas Manuel Andrés López Obrador -conocido por las siglas AMLO-, que recientemente fundó el partido Morena, una especie de Podemos en versión mexicana. AMLO no es ningún “outsider” de la política: ha sido candidato en dos ocasiones, y a muchos mexicanos les preocupa que en esta ocasión el populista se convierta en el próximo presidente del país, un factor que ha alentado las ganas de la población de que Slim se presente.
“Con AMLO vs. Slim las elecciones se convertirían en un rico contra pobres”, indica Iturbe. Al igual que los dos periodistas, el académico ve pocas posibilidades de que “El Ingeniero” se lance a la presidencia. No obstante, no descarta que en el año y medio que falta para los comicios llegue un externo que aproveche el desencanto con los políticos de quienes animaban a que Slim fuera presidente. “La gasolina ya está puesta para que cualquiera con buena imagen llegué y saque provecho de la desilusión de los ciudadanos con sus políticos”, sentencia el profesor.