De mi consideración:
Sr Secretario de DDHH de la Nacion
Sr Claudio Avruj:
Mi nombre es Cebrián Cortés, soy español pero ciudadano argentino, residente en Bs. As. desde 2006, y tengo 34 años de edad. Ya vengo comunicándome con usted a través de su página web hace un tiempo y no he obtenido ninguna clase de respuesta. Le estaré muy agradecido por brindarnos un poco de su tiempo en honor a la Ética y a la Justicia.
Le reitero que no tengo un interés ideológico ni partidario en nada de todo esto, simplemente me hago cargo del sufrimiento de la esposa de Miguel Etchecolatz, Dña. Graciela Carballo de Etchecolatz, quien es una excelente persona y a quien me une el afecto, y que es la que más está sufriendo por todo este manoseo, y a quien nadie ha considerado en ningún momento. Le recuerdo que ella vive en Mar del Plata, que no posee un domicilio en la Capital ni aledaños, que viaja todas las semanas desde allí hasta Ezeiza y vuelta para poder ver a su marido por un breve espacio de tiempo. ¡Ni siquiera fue puesto en consideración llevarle a una institución más próxima al domicilio para aliviar la pena de los familiares….! No se entiende por qué tanta inhumanidad y por otro lado un exceso de garantismo liberando criminales peligrosos… ¿No han encontrado aún el parámetro? Yo se lo voy a decir: el sentido común, la ecuanimidad y un respeto férreo a La Constitución y a las leyes, le pese a quien le pese y sin ceder a las presiones.
Ahora escuchamos que el Gobierno va a presentar un recurso en aquellos tribunales en donde a Miguel Etchecolatz ya se le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria (aún restaba el tribunal de La Plata a cargo del ultrakirchnerista juez Kreplac). Señor, cómo expresarle con palabras la profunda decepción y sentimiento de injusticia que tenemos… El hecho de que una parte haga actos políticos mintiendo y amenazando, con amenazas graves, no significa que el Estado deba ceder a sus presiones… Señor, todos sabemos muy bien que estos grupos no hacen otra cosa que sacar beneficio de su victimización de una forma inmoral, y que no es justicia lo que pretenden sino poder. Lisa y llanamente, poder. Y para eso han gastado millones de pesos de los contribuyentes en propaganda que distorsiona la realidad y da una visión sesgada y parcial, que además incita al odio, al resentimiento y lo que es peor, a la violencia, y no a la reconciliación y fortalecimiento de valores humanos y mucho menos democráticos.
Cuando he escrito a diversos organismos de Gobierno, y todos ellos, personalmente o a través de sus secretarios muy amablemente me han respondido, coincidiendo en que no pueden intervenir en el desenvolvimiento de otro Poder, el Judicial. Estoy de acuerdo y apoyo que así debe ser. Pero ahora nos anoticiamos de que sí, sí pueden, y que lo van a hacer, que van a poner recursos para que un hombre de 87 años enfermo siga siendo torturado. No es Justicia si no es igual para todos, y no hay presos de esa edad en las cárceles. Es saña. Es venganza y es brutalidad. Y no debe ser apoyada por el Estado y menos por el Gobierno. Y si tienen miedo a las reacciones, entonces que expliquen y que comuniquen, que eduquen y que expliquen que no es por gusto, por interés, por afinidad o por odio que funciona la Justicia. Eduquemos a la sociedad en valores democráticos o no tendremos democracia… EDUQUEMOS. FALTA MUCHA, FALTA DEMASIADA EDUCACION ÉTICA Y DEMOCRÁTICA.
A continuación paso a informarle acerca de la situación actual y los hechos recientes en cuanto a la persona de Miguel Osvaldo Etchecolatz:
Debido a su deteriorado estado de salud y al temor de una descompensación grave, el Sr. Etchecolatz fue trasladado el pasado día 18 a una clínica en Lomas de Zamora de las contratadas por IOMA para prestar servicio a los adultos mayores. Tardaron varios días en darle comunicación oficial a su esposa de donde se encontraba su marido, por lo que se dispuso a presentar un Habeas corpus. Imagínese la angustia de ella de no saber donde estaba Miguel ni qué estaban haciendo con él, y nadie le sabía decir ni le daban una respuesta. Estuvo así todo el fin de semana y para colmo a Etchecolatz no le tenían permitido usar un teléfono para avisar a la esposa ni para comunicarse con sus defensores: siete días incomunicado, o sea, un secuestro en toda regla, máxime cuando las condiciones de la citada clínica eran las de un sucucho, y de ello sabemos que hay muchas denuncias: no había agua corriente en el baño, al inodoro había que tirar un balde, no se pudo bañar en siete días, apenas higienizarse con una toalla y agua fría, no podía moverse de la habitación… y cuando finalmente la esposa dió con su paradero, los guardias de la clínica no la querían dejar pasar a verlo, por lo que se produjo un muy desagradable forcejeo. Ayer a la tarde ya fue trasladado nuevamente al HPC del penal de Ezeiza. Miguel Etchecolatz ha estado casi un mes en huelga de hambre, desde el día 25 de Julio hasta el pasado sábado 20 de Agosto, en que debió suspenderla para poder afrontar un tratamiento con medicamentos en la clínica. Aclaro que familiares y allegados no estuvieron en ningún momento de acuerdo en que hiciera tal huelga de hambre que hacía peligrar aun mas su salud.
Le reitero que se ha intentado permanentemente presionar a los médicos forenses y peritos de la Corte para que falseen sus informes, se ha dicho toda clase de mentiras acerca del peso de Miguel Etchecolatz, etc. Además han procurado dilatar al máximo todos los tiempos para demorar sus resoluciones y sus procesos judiciales pendientes, porque el único interés de esa parte despreciable de la Justicia y la consigna que le han impuesto desde afuera no es lograr Justicia y esclarecimiento, sino venganza y lograr que muera en la cárcel.
Ya el informe médico firmado por tres profesionales del Cuerpo Médico Forense en 2006 mostraba un cuadro de salud muy delicado, por lo que su conclusión era favorable al otorgamiento de la prisión domiciliaria. Posteriormente, cuando el Dr. Moline elevó al Tribunal un informe sobre la salud de Etchecolatz y el riesgo de permanecer en ese lugar, el propio facultativo recibió un llamado del Juez Rozansky increpándolo sobre cómo decía eso, pese a lo cual el profesional mantuvo sus aseveraciones respetando su juramento. Como consecuencia inmediata, el Dr. Moline fue desplazado y su lugar lo ocupó un medico que dijera lo que el Juez quería escuchar. En ese tiempo, un defensor oficial, el Dr. Adrogué elevó también al Juez Rozansky un informe donde denunciaba las irregularidades respecto a la salud de Etchecolatz y acusándole por lo que le pudiera pasar. Y de nuevo ocurrió lo mismo: fue trasladado. Es sólo un pequeño ejemplo de la manipulación y animosidad con que se han manejado los informes médicos.
Hace tiempo se constató que le corresponde el instituto de la prisión domiciliaria. Mi pregunta es: de acuerdo al cuadro descrito en esos informes, y teniendo en cuenta que desde entonces, tras 10 años de encierro en un edificio con humedades, una operación de próstata, un ACV y otras dolencias, ¿puede haberse revertido milagrosamente su estado de salud? ¿No estamos ante un caso de tortura institucional?
Por favor, le pido tenga a bien interiorizarse aún más de todo esto que venimos exponiendo y que obre en verdadera conciencia, y sabiendo qué clase de sociedad y de ejemplo estamos dejando.
Nuevamente le agradezco profundamente su tiempo y le envío un cordial saludo deseando que se encuentre usted muy bien.
Cebrián Cortés Cotrina