Sobre miedos y desamparos

Hoy se conoce que antes de darse a conocer el documento episcopal sobre la violencia en argentina, Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, recibió un trabajo realizado por el consultor y politólogo Jorge Giacobbe.

La muestra fue de 600 casos, se recogió entre el 22 y el 30 de abril en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y el cuestionario cerrado incluyó consultas sobre la imagen de eventuales presidenciables hasta opiniones sobre cuestiones sensibles como despenalización de drogas e inseguridad. Gentil, el consultor puso como carátula la encuesta que le otorgaba al propio Francisco un 80% de imagen positiva –entre buena y muy buena–, varias veces por encima que la de cualquier otro dirigente local.
Un conjunto de preguntas desnudan el actual estado de ánimo en la sociedad: “Para usted, ¿el ciclo kirchnerista está agotado?” se despacha la encuesta, que ofrece un resultado rotundo: el 62,6% dice que sí. En la misma sintonía un 57,2% de los porteños consultados dice querer que “el kirchnerismo pierda” y un 52% asegura que el país estará mejor o mucho mejor “después de las elecciones de 2015”.
En esa misma línea de respuestas aparecen ubicados en el distrito metropolitano Gabriela Michetti, la política mejor considerada, seguida por Sergio Massa, Fernando Solanas, Julio Cobos y Daniel Scioli completando el quinteto central.
57% de los entrevistados dijo estar “muy de acuerdo” con que “el narcotráfico es socio de una parte de la policía”, mientras un 52,6% opinó que la connivencia también se da con “la política”. Un 70% de los encuestados dijo sentirse inseguro “todo el tiempo” y un 66,6% opinó que “el avance del narcotráfico es la principal causa de la inseguridad”.
Sorpresa provoca un texto del rector de la UCA quien en Pagina 12 critica sin nombrar a Clarín por el modo que abordó la cuestión del documento eclesial. Víctor Manuel Fernández dice en Página 12: “La semana pasada, los obispos argentinos quisimos hacer un llamado a la reflexión acerca de la violencia. En un largo debate entre nosotros, terminamos coincidiendo en la necesidad de encarar el tema de una manera amplia, evitando un acceso excesivo en la inseguridad. La idea que predominó fue la de la violencia en toda la sociedad, de manera que cada uno se sintiera interpelado en lugar de entretenerse culpando a otros. No nos ayuda culpar a los demás”.
Luego agregó: “Lamentablemente, la sana intención de este mensaje, que ofrece una propuesta educativa y auto educativa, no fue acogida, simplemente porque no se lo leyó completo. El día antes de la publicación de este documento, en la versión electrónica de un diario, se anunciaba torpemente que los obispos iban a enfrentar al gobierno por el tema de la inseguridad. Con esa clave falsa de lectura, al día siguiente todos mutilaron el documento. Paradójicamente, también algunas personas oficialistas utilizaron esa misma clave de lectura que les ofreció un medio opositor, sin detenerse a leer y a sopesar el conjunto del texto de los obispos, y entraron ingenuamente en el juego”.
Fuerte y aleccionador.