El nuevo grupo terrorista procedente de AQMI nació hace 10 días y promete lealtad al EI.
El grupo Soldados del Califato en Argelia es una nueva escisión terrorista de Al Qaeda, en concreto de la rama AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico) predominante en el norte de África, que se dio a conocer hace apenas 10 días. Entonces, su cabecilla, Guri Abdelmalek, prometió lealtad y obediencia al líder del Estado Islámico (EI) en un comunicado. El grupo se refugia en las montañas de la Cabilia, la conflictiva región argelina llena de grutas donde el pasado domingo fue secuestrado el guía de alta montaña francés Hervé Pierre Gourdel.
El pasado día 14, Soldados del Califato difundió a través de varias páginas yihadistas en Internet un documento donde el cabecilla de esta ramificación se dirigía así al líder de EI, Abubaker al Bagdadi: “Tienes a los hombres del Magreb Islámico y, si les ordenas, obedecerán. El Magreb se ha desviado del camino verdadero”.
Abdelmalek, más conocido por su nombre de guerra Jaled Abu Suleimán, era hasta esta escisión el comandante de AQMI en la zona central de Argelia y había sido condenado a muerte por su implicación en los atentados mortales contra una comisaría en la localidad de Thenia en 2008. Pasó algunos años en la cárcel de Tizi Uzu. En el comunicado explica que también se ha unido a esta ramificación de Estado Islámico en Argelia el responsable hasta ahora de AQMI en el área oriental del país. Los máximos dirigentes de las fuerzas de seguridad argelinas se han desplegado sobre el terreno en las zonas fronterizas con Túnez y Libia y en las inmediaciones de los pozos petrolíferos y gasísticos del país, donde han repartido más de 3.000 soldados.
La inquietud y preocupación es enorme en Argelia. Su Gobierno quería pensar que tenía bajo control el fenómeno terrorista, muy localizado y ligado a cuestiones internas. Temía, como le sucede a Marruecos y Túnez, una infiltración del yihadismo más radical. Los expertos consideran de especial gravedad esta fuga de Al Qaeda hacia el Estado Islámico porque ahora muchos de los yihadistas magrebíes que partieron a Siria e Irak podrían encontrar acomodo a su regreso en la Cabilia.
El ministro de Exteriores de Argel, Ramtan Lamamra, se había permitido esta misma semana en Washington presumir de su grado de vigilancia: “Somos uno de los países que ha derrotado al terrorismo y ha pagado un precio por ello. Somos un país exportador de seguridad y estabilidad”.
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, convocó el pasado domingo, a raíz del secuestro del guía francés, la cuarta reunión del Consejo de Seguridad Nacional desde la independencia de Argelia (en 1962).
Hacía muchos años que no se registraba un incidente de esta gravedad con un extranjero en Argelia. En cambio, sí se dan periódicamente secuestros de ciudadanos argelinos —unos 80 desde 2005— y atentados y refriegas en esa problemática área del país que reivindica la autonomía.
La Cabilia se considera desde hace varios años como un refugio de los miembros de AQMI. El secuestro de Gourdel se produjo en la noche del domingo entre Tikiya y Ait Uacif, cuando el guía de alta montaña francés se dirigía con unos amigos argelinos a emprender una caminata. El montañero, de 55 años y natural de Niza, había sido invitado a abrir una ruta en la montaña de Yuryuran, y había llegado el sábado a Argelia. Iba a residir en una casa de campo de Tikiya dependiente del Ministerio de Juventud y Deportes del Gobierno de Argelia.