Una de las vecinas de la Zona Roja habló en la 99.9 sobre la audiencia pública que se realizó en el Concejo Deliberante para abordar el tema de la prostitución y drogas que los vecinos quieren que se deje de practicar en ese barrio.
Los vecinos de la Zona Roja siguen padeciendo en lo cotidiano los problemas que trae la venta de droga y la prostitución que se ejerce en el barrio. La semana pasada tuvieron una audiencia pública en el Concejo Deliberante pero nada ha cambiado. Soledad es una de las vecinas que está insistiendo desde el principio del reclamo y contó los detalles en la 99.9.
“La audiencia se hizo por zoom para los vecinos y estuvimos presentes. La audiencia era consultiva, los concejales no tomaban la palabra ni intervenían. Era la oportunidad de exponer nuestro testimonio y nos pudimos hacer oir en el Concejo Deliberante. Queremos encontrar un lugar viable y potable para trasladar la Zona Roja y que no sea sólo un calvario exclusivo para los vecinos que lo venimos soportando hace 30 años”, señaló.
A pesar de que pudieron expresarse, saben que no habrá oportunidad de diálogo: “con la comunidad trans es muy difícil dialogar. Los vecinos en la audiencia escuchamos respetuosamente todos los testimonios y cuando comenzamos a hablar nosotros los sarcasmos y las ironías fueron constantes como las interrupciones. Si eso lo hacen en una audiencia pública, imaginate cuando nadie los ve. Intentamos dialogar muchas veces, pero cae en saco roto”.
Será difícil encontrar un punto de encuentro, porque siempre los vecinos expresaron que hay exigencias que no se pueden cumplir: “esta gente sólo reclama derechos exclusivos incluso por encima del resto de los vecinos. Exigen respeto cuando ellos no respetan, siguen usando las veredas como baño, los escándalos a la noche siguen igual porque es el modus operandi. La presencia policial es la misma, pero conseguimos que se vayan reagrupando en otras zonas, varios se han dio para la Terminal Vieja y otra de las cosas es que comienzan un poco más tarde, tipo 23 horas”.
Mientras tanto, el valor de las viviendas de la zona sigue bajando porque nadie quiere ir a vivir a ese lugar y los vecinos eligen irse: “acá no podes vender ni alquilar una vivienda. Un vecino de Luro y Bronzini contó lo que le pasó con sus intentos de alquilar la vivienda, le rescinden contratos y se van. Estamos conviviendo con el crimen, si pasas por la esquina de la iglesia, está literalmente tomada. Los alumnos tienen que entrar por otra puerta porque hay 10 personas tomando alcohol todo el día”, relató Soledad.
Además de la problemática existente, están las cuestiones ideológicas que sirven para justificar la inacción del estado en el tema: “hay muchos versos ideológicos. Te dicen que quieren trabajar y no tener controles, eso no sucede en ningún trabajo. Si uno no está haciendo nada grave, cuál es el problema de que la policía te pregunte que estas haciendo parado en una esquina. Lo que quieren no son derechos, son privilegios. Todavía hay chicas trans que se prostituyen, pero el gran porcentaje de la actividad es la venta de droga. También quisieramos saber quien está detrás de todo eso porque debe existir una red importante que se encarga de hacerlas entrar en el país”, finalizó la vecina.