Así lo indica un estudio internacional presentado ayer en el Freedom Forum de Noruega.
Solamente el 32% de los medios periodísticos del mundo goza de absoluta libertad para desarrollar sus tareas. Un 36% posee libertades parciales y el otro 32% carece de libertad, es decir, actúa con mordaza. Ése es el balance poco alentador expuesto en el Freedom Forum que se realiza en el teatro Christiania de Oslo, Noruega.
El informe aporta novedades aún peores. Durante el 2012 se registraron 232 crímenes a periodistas. Durante el 2011, esa cifra había llegado a 179. La escalada es elocuente. El temor y la indignación, también. En una década se computaron ya 600 asesinatos. Otro dato señala que de cada 10 de crímenes, nueve quedan impunes y sin resolver. Los países más sombríos del mundo, en ese aspecto, son Turquía, China e Irán. En América Latina figuran al tope, aunque lejos de aquellas naciones, Brasil y México.
Los principales expositores sobre la cuestión fueron el investigador serbio sobre prensa libre, Sasa Vucinic; el periodista estadounidense James Kirchick; y el cubano Roberto Guerra Pérez, titular de un medio web (“Hablemos Press”) no afín al gobierno y que funciona precariamente en el altillo de un ruinoso edificio en La Habana.
Guerra Pérez contrastó la ausencia de periodismo autónomo que existe en Cuba con lo que ocurre en otras naciones de habla hispana. Y ejemplificó con las portadas de Clarín, El País, de Madrid, El Excelsior, de México y el ABC, de Paraguay.
Kirchick responsabilizó a muchos líderes y lobbys de naciones desarrolladas de trabajar subterráneamente para régimenes autoritarios que acechan a la prensa. Mencionó los casos de los ex premier de Alemania y Gran Bretaña, Gerard Schoerder y Tony Blair.
Vucinic habló del conflicto constante entre el poder y la prensa independiente (o libre) y llamó la atención sobre cómo se agravó ese conflicto en ciertas naciones Europeas y de América Latina.
Aun cuando no ha habido un pronunciamiento formal, el Freedom Forum, que culmina hoy, está siguiendo con atención la situación en la Argentina por la reforma judicial y los permanentes ataques al periodismo no oficial.