Una sonda espacial china aterrizó el domingo en la cara oculta de la Luna para tomar muestras de suelo y rocas que podrían aportar información sobre las diferencias entre esta región menos explorada y la cara más conocida.
El módulo de alunizaje se posó a las 6.23 de la mañana, hora de Beijing, sobre un enorme cráter conocido como la Cuenca Aitken en el polo sur lunar, informó la Administración Espacial Nacional de China.
La misión es la sexta del programa de exploración lunar Chang’e, que lleva el nombre de una diosa lunar china. Es la segunda diseñada para traer muestras, tras la Chang’e 5, que lo hizo desde el lado cercano en 2020.
El programa lunar forma parte de una creciente rivalidad con Estados Unidos —que sigue siendo el líder en exploración espacial— y otros países, como Japón e India. China ha puesto en órbita su propia estación espacial y envía regularmente tripulaciones.
Esta potencia mundial emergente aspira a poner una persona en la Luna antes de 2030, lo que la convertirá en la segunda nación después de Estados Unidos en lograrlo. Estados Unidos tiene previsto volver a enviar astronautas a la Luna —por primera vez en más de 50 años—, aunque la NASA retrasó la fecha prevista a 2026 a principios de este año.
Los intentos de Estados Unidos por utilizar cohetes del sector privado para lanzar naves espaciales han sufrido repetidos retrasos. Problemas informáticos de última hora impidieron el sábado el lanzamiento previsto del primer vuelo de astronautas de Boeing.
A primera hora del sábado, un multimillonario japonés canceló su plan de orbitar la Luna debido a la incertidumbre sobre el desarrollo de un megacohete por parte de SpaceX. La NASA planea utilizar el cohete para enviar a sus astronautas a la Luna.
En la misión actual de China, el módulo de aterrizaje utilizará un brazo mecánico y un taladro para recoger hasta 2 kilogramos (4,4 libras) de material de la superficie y del subsuelo durante unos dos días.
Un dispositivo situado sobre el módulo de aterrizaje transportará las muestras en un contenedor metálico al vacío hasta otro módulo que orbita alrededor de la Luna. El contenedor se transferirá a una cápsula de reentrada que regresará a la Tierra en los desiertos de la región china de Mongolia Interior hacia el 25 de junio.
Las misiones a la cara oculta de la Luna son más difíciles porque se concentran en un área que no está orientada hacia la Tierra, lo que requiere un satélite de retransmisión para mantener las comunicaciones. Además, el terreno es más accidentado y hay menos zonas llanas para aterrizar.