La presentación de la nave Dragon V2 tuvo lugar en la sede de SpaceX en Hawthorne, Los Ángeles. Podría transportar hasta siete astronautas a la EEI, sería capaz de aterrizar en cualquier lugar de la Tierra y podría acoplarse de forma automática a la estación.
El próximo mes de agosto, la NASA elegirá naves capaces de empezar a viajar al espacio en el año 2017. Mientras tanto, la agencia espacial estadounidense seguirá dependiendo de las cápsulas rusas Soyuz para transportar a sus astronautas a un precio de US$71 millones por cabeza.
Según destaca desde Los Ángeles el periodista de BBC Mundo Jaime González, los expertos creen que dado el mal momento por el que atraviesan las relaciones entre EE.UU. y Rusia por Ucrania, a Washington le interesa contar con las nuevas naves cuanto antes. Pese a ello, la falta de presupuesto podría retrasar la llegada al espacio del remplazo de los transboradadores estadounidenses, que por primera vez habrán sido construidos por compañías privadas.