La Secretaria de Asuntos de la Comunidad, Stella Maris Marinier, fue crítica en la 99.9 con aquellos que se refieren al accionar municipal en la Sociedad de Fomento del Barrio Las Heras. “El señor Benavidez estaba solito trabajando ahí y nadie se ha acercado”, explicó.
La historia de la Sociedad de Fomento del Barrio Las Heras ha tomado como eje una heladera que se retiró de lo que anteriormente era la sede y que fue entregada a las autoridades municipales. La explicación de este presente la brindó a través de la 99.9 la Secretaria de Asuntos de la Comunidad, Stella Maris Marinier.
“Pasó lo que sucede en muchas entidades: la falta de participación de los vecinos en sus propias entidades. El Sr. Roque Benavidez que estaba al frente de la entidad, recibió mi visita en marzo, tenía una Sociedad de Fomento muy prolija pero con poca actividad. La Comisión Directiva no participaba de las reuniones y estaba teniendo muy pocos socios”, comentó.
Al momento de hacer los convenios del año pasado, decidió no adherir a los pagos que se estaban tratando de pautar y fue un problema más que se sumó a la difícil realidad que atravesaban: “cuando le ofrecimos la firma de un nuevo convenio no lo quiso hacer porque quedó con el discurso de la Federación con la deuda y la no deuda. Finalmente, todos firmaron el convenio y están cobrando el dinero, pero esta Sociedad de Fomento no firmó y no entró en esos pagos. Se quedó sin esos recursos sumado a la falta de apoyo de los vecinos y el pago de cuotas que eran de 5 pesos por vecino que tampoco lo podía cobrar”, detalló.
En ese contexto, Benavídez hizo lo que pensaba que era lo mejor: “tomó la decisión de entregar la sede. Nos asesoramos, los puse al habla con nuestros abogados para que armen una asamblea con todos los vecinos para armar una nueva Comisión Directiva, pero nos comentó que no logran juntar a los vecinos. Entonces ya se sentía muy cansado por no recibir colaboración”, dijo Marinier.
Parecía que no había vuelta atrás entonces: “pasó un mes y me volvieron a llamar diciendo que habían realizado las actas y querían entregar la sede que es municipal. Conversando con los miembros de la Sociedad de Fomento nos piden si podíamos entregarlo a Salud o dar un beneficio al barrio para que ese lugar no se convirtiera en un lugar de bailantas, por ejemplo”. Eso fue justamente lo que hicieron luego de hablar con el Secretario de Salud, Gustavo Blanco: “muchos vecinos estaban contentos con la decisión porque en la sede se dictan talleres y hacen gimnasia mamás embarazadas. Me dijo Blanco también que sería bueno poner consultorios de Conín para darle un servicio al barrio”.
Hoy, después de esta historia, aparecen actores reclamando por cosas por las cuáles nunca se preocuparon: “ellos mismos abandonaron a la gente que estaba en la Sociedad de Fomento. Ahora que abandonaron la sede se rasgan las vestiduras, pero el señor estaba solito trabajando ahí y nadie se ha acercado. Nosotros lo asesoramos en todo lo que pidió”, aclaró Marinier.
El problema de fondo pasa por hacer lo que uno debe en su contexto social para que todos vivamos mejor y se eviten este tipo de controversias dejando de lado un tema central: “haciendo cada uno mínimamente lo que nos corresponde, todo funcionaría de otra manera. Debemos poner esa semilla todos los días haciendo las cosas buena fe y pensando en el otro, sino nunca estaremos mejor”, finalizó.