Aunque la nueva variante del covid disparó inicialmente los contagios a una velocidad sin precedentes, a un mes del anuncio de su detección las infecciones empiezan a ralentizarse.
Ante la tendencia positiva que se ha ido registrando en las últimas semanas y la caída de contagios, Sudáfrica ha decidido levantar la mayoría de restricciones que se impusieron tras la detección de la nueva variante ómicron hace poco más de un mes.
En una circular, el Ministerio de Sanidad del país africano —que se convirtió en el origen de la nueva variante del coronavirus que ahora tiene en jaque de nuevo a Europa en plenas Navidades—, anula el rastreo de contactos, las cuarentenas para contactos vacunados y no vacunados y el aislamiento para aquellas personas contagiadas asintomáticas. La única excepción que se recoge en el documento es que el rastreo de contactos se aplicará en situaciones de brotes colectivos.
Para los positivos que tengan síntomas leves, el gobierno sudafricano exige un aislamiento durante 8 días a partir de la fecha de aparición de síntomas y “volver al trabajo” al noveno día. Si la enfermedad es grave, pide cuarentena de 10 días y reincorporarse al undécimo solo si se está en condiciones de hacerlo. Según las autoridades sanitarias del país africano, las cuarentenas están perjudicando a los servicios esenciales y a la sociedad al no permitir a la población ir a trabajar (y disminuir sus ingresos) ni a los niños acudir al colegio.
La reincorporación al trabajo se podrá hacer sin necesidad de un test negativo. Aun así, rse recomienda a todos los contactos asintomáticos que se controlen temperatura y síntomas durante los primeros 5-7 días, evitar acudir a lugares muy concurridos, utilizar mascarilla y mantener la distancia social.
En caso de que se produzcan síntomas de la enfermedad, entonces sí se realizará un test para comprobarlo, pero si no, pide no realizar ninguna prueba a contactos asintomáticos.
Tal y como explica este viernes Michael McLoughlin en El Confidencial, en Sudáfrica las estadísticas apuntan a una caída en picado de los nuevos casos y que el pico podría haber quedado atrás en suelo sudafricano en un lapso de unas pocas semanas. Si se consultan los datos de casos confirmados por cada millón de habitantes, se observa cómo la curva tocó techo con 390,35 casos el pasado 17 de diciembre. Cinco días más tarde, el pasado 22 de diciembre, esa referencia se colocaba en 290,45. Es decir, 100 puntos menos.
De hecho, según explica el Ministerio de Sanidad en el documento, estas decisiones se han tomado teniendo en cuenta los últimos datos de los que disponen en los que se muestra que la proporción de inmunización o vacunación de la población oscila entre el 60% y el 80% y, por tanto, consideran que “las estrategias de contención ya no son apropiadas” y la mitigación es la “única estrategia viable”. Esta estrategia es algo que creen “especialmente cierto” para las variantes nuevas del covid-19, más infecciosas y transmisibles como la ómicron.
Las autoridades sanitarias de Sudáfrica han ido recopilando todo lo que se sabe de esta nueva variante, que desató el pánico a finales de noviembre por su alta contagiosidad. Se sabe que es una variante con una alta proporción de asintomáticos y por tanto, de un alto grado de diseminación asintomática y presintomática. Como las demás cepas del coronavirus, se propaga por aerosoles. Y, según indican, solo se diagnostica una pequeña proporción de casos.