Fueron dadas a conocer unas anotaciones íntimas donde se reflejan las discusiones de los conservadores en 1982. Incluso se informa que su jefe de Gabinete propuso “sobornar” con 100 mil dólares a cada familia de isleños.
Desde Londres se volvió a hablar sobre Malvinas, justo a diez días de votado el referéndum en el archipiélago, donde 1570 kelpers decidieron seguir siendo una de las 14 colonias británicas en ultramar.
En este caso fue por la publicación de una colección de documentos que estaban ocultos y escribió La Dama de Hierro, Margaret Thatcher, entre abril y junio de 1982.
Estos documentos fueron revelados por el Churchill Archive Centre de Cambridge, y saca a la luz un abinico, que hasta ahora era desconocido sobre las posiciones contradictorias que tenía el interior del gobierno conservador de Thatcher. Incluso algunos dsus propios legisladores y funcionarios le habrían advertido: “Estamos cometiendo un gran error”, “conserve la calma”, “podemos salir de esta sin una guerra”, según lo indican estas anotaciones íntimas.
Los datos esta vez no provenían de papeles oficiales de Estado, sino que eran las propias anotaciones privadas que se encontraban en el archivo de la Fundación Margaret Thatcher, donde el jefe de Gabinete, David Wolfson, propuso el 22 de abril de 1982 realizar un “soborno” a los kelpers por unos 100 mil dólares por familia junto con garantias para que todos los habitantes del archipiélafo se puedan alojat en Gran Bretaña, Australia o Nueva Zelanda, con derechos de ciudadanía.
Este planteo no hace más que retoman la intención que tuvo el gobernador inglés Lord Chalfont, quien le había dicho a los isleños en 7968 que estuvieran listos para una transferencia administrativa del archipiélago, algo que quedó como un recuerdo actualmente indeseable para los kelpers a 31 años de la guerra.
En los papeles se muestra una mujer atravesada por un conflicto que no esperaba, mientras intentaba adoptar decisiones bélicas en medio de una polémica entre los tories, es decir sus propios cuadros del partido conservador británico.
Para resumir las opiniones que estaban atormentándola, la primer ministro destacó las opiniones de Kenneth Clarke que se desempeñaba como secretario de Estado y había sugerido: “esperemos que nadie piense que queremos luchar contra Argentina. Deberíamos volar un par de barcos, pero nada más”, sostuvo el hombre que luego sería una importantísima figura de la política británica hasta la actualidad.
Esto trae un punto de vista muy diferente de la imagen que Londres mantiene desde el fin de la guerra y tras reafirmar su interés colonial sobre las dos islas que tomó en 1833, después de expulsar al gobernador de Malvinas, Luis Vernet. “Dejemos a los argentinos las Islas Malvinas con el menos ruido posible”, decía por entonces otro legislador junto a Stephen Dorrell, que en medio de los debates sobre el futuro de las islas, le había dicho a Tatcher que “sólo daremos apoyo a la flota como una táctica de negociación. Si no negocian, nos deberíamos retirar”.
Estas anotaciones muestran también que había una preocupación del bloque conservador por evitar que la incursión en Malvinas pudiera desembocar en otra situación traumática para la corona, como lo había sido la fallida invasión del Canal de Suez, en Egipto,
Los papeles revelan que esa incertidumbre en Thatcher cambió luego de que su secretario de Defensa, John Nott, le informara el avance inglés sobre la isla Georgia del Sur, donde el ex marino Alfredo Astiz se rindió sin disparar una bala al mando del comando Los Lagartos. Esto fue un punto que le dio más fuerza a los halcones conservadores, como el caso del tory West Devon Peter Mills, quien le decía que sus colegas “quieren sangre”, en referencia al sector que reclamaba, abiertamente, una guerra contra la Argentina.
Esa tragedia se consumó siete años después de aquél ofrecimiento que había hecho la Corona en 1974 al General Perón para que devolviera el archipiélago, según una primera bitácora de documentos que Londres había desclasificado el año pasado: “Eso fue antes de la guerra”, explican desde el gobierno isleño, para confirmar que esas posibilidades ya no existen, a pesar de los reclamos argentinos.
Por otro lado, se dio a conocer una resolución de los parlamentarios de más de 20 países que asisten a la 128ª Asamblea del Grupo de Parlamentarios de América Latina y el Caribe (Grulac) de la Unión Interparlamentaria Mundial. Po unanimidad resolvieron que es ilegítimo el referéndum que tuvo lugar en las Islas Malvinas, porque “su resultado no pone fin a la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”.
Participaron del encuentro los senadores Daniel Filmus, Sonia Escudero, María Higonet y la diputada Mara Brawer, en tanto que el vicepresidente Amado Boudou agradeció en nombre de la presidenta Cristina Fernández y el pueblo argentino “el apoyo del grupo a una cuestión que se ha convertido en un asunto regional”.