Nicolás Márquez contó su experiencia al intentar salir del país para intervenir en un simposio donde se opinaba críticamente sobre la política de derechos humanos del gobierno nacional. En la 99.9, remarcó que “me anoticiaron en el aeropuerto que tenía una resolución judicial que me retiene en el país y después de toda la noche, dijeron que era un error”.
El escritor y periodista Nicolás Márquez vivió una experiencia poco común cuando intentaba viajar al exterior para asistir a una serie de charlas donde se hablaría de los derechos humanos y las políticas que se implementan en nuestro país.
El propio protagonista, contó lo sucedido en la 99.9: “iba a un simposio que organizaba el Instituto Interamericano para la Democracia junto con Ceferino Reato y Agustín Laje. Era un evento con una connotación muy crítica a la política de Derechos Humanos del gobierno, posiciones que están en las antípodas. Días antes había hablado en Plaza San Martín el día que se recuerda a los muertos por la subversión, dando un discurso muy duro”, recordó.
No es la primera vez que hace este tipo de cosas, habitualmente viaja para asistir a este tipo de conferencias, pero en esta oportunidad no lo dejaron: “me ha tocado viajar, pero esta vez no pude hacerlo. Previamente al embargo, me anotician que tengo una resolución judicial que me retiene en el país. Me comuniqué con mis abogados y se encargaron de confirmar que la restricción no existía. Se las pedí para defenderme y no la tenían, solamente tenían una comunicación en una computadora”, remarcó.
No fue el único inconveniente que debió superar porque los problemas no terminaron allí: “dicen que la resolución estaba disponible para mí en Gendarmería que abría a las 8 de la mañana cuando eran las 11 de la noche. Me quedé ahí, perdí mi tiempo, mi trabajo, mi libertad de tránsito y el vuelo”, dijo molesto sólo de recordar la situación.
La noche pasó y debió ir a ver lo que sucedía con su posibilidad de abandonar el país. “Cuando fui a la mañana a Gendarmería, no solamente no tenían respuesta, sino que me levantaron la restricción y alegaron que fue un error. Migraciones decía que la culpa era de Gendarmería y Gendarmería que era de Migraciones”, agregó.
La única sospecha que le queda para expresar tiene que ver con lo que iría a exponer de manera internacional: “sospeche que podía haber algún encono ideológico, pero no me creo tan importante. Estamos en manos de instituciones muy endebles y uno no sabe si es mala fe o mala praxis. Me hicieron mucho daño personal y profesional”.
Fue una demora, un viaje trunco y un trabajo que no se pudo hacer; pero lo que destaca Márquez es la indefensión que sintió ante la situación: “el tema terminó dándome la razón pero habiéndoseme violentado todas las libertades. Te sentís desamparado ante el estado”.