Figura polémica en el seno del Tea Party, es el primer candidato en oficializar sus aspiraciones presidenciales para 2016.
Para todo aquel al que el nombre de Ted Cruz no le diga nada seguro que sí le suena, al menos, el hito que protagonizó en septiembre de 2013: permaneció más de 21 horas en el atril del Congreso para lograr que se pospusiera lo máximo posible la votación sobre el «Obamacare».
Ahora acaba de anunciar, oficialmente, su intención de ser el próximo inquilino de la Casa Blanca y, paradójicamente, dicha pretensión acaba de vincularse a aquel episodio que protagonizó hace casi dos años. Su esposa pedirá una excedencia en su trabajo, en el banco de inversiones Goldman Sach, para ayudarle en la campaña, lo que deja a la familia sin seguro médico y lo que hace que pase a tener cobertura médica bajo su tan repudiada reforma sanitaria de Barack Obama.
Esto no deja de ser una anécdota en la carrera de Ted Cruz, a quien muchos ven como la persona gracias a la que el ala ultraconservadora del Partido Republicano, el Tea Party, ha vuelto a ser protagonista de las portadas.
De padre cubano y madre estadounidense, Cruz nació en Canadá en el año 1970 y se naturalizó como ciudadano de EE.UU. en el año 2005. Estudió en la Universidad de Princeton y de Harvard -donde logró el título de doctor en Derecho- y desde muy pronto vinculó su carrera a la política, trabajando primero en la Comisión Federal de Comercio y en el Departamento de Justicia de Estados Unidos y, más tarde, en enero de 2013, como senador de Texas. Ahora da un paso más, dejando atrás una serie de posturas que complementan los que asegura que serán sus objetivos en el caso de que llegue a convertirse en el nuevo presidente de Estados Unidos.
Sus pretensiones
A día de hoy forma parte de la línea más dura del Tea Party, como puso de manifiesto el ya mencionado discurso, y goza de una gran influencia. Su maniobra en el atril condujo al cierre del Gobierno meses más tarde, ante la ausencia de un presupuesto aprobado.
Cruz insiste en que el gobierno de Obama ha terminado destruyendo la economía, ha limitado las libertades religiosas, y ha puesto los derechos constitucionales «bajo asalto». Se opone a la inversión en educación pública, a los matrimonios del mismo sexo y es un férreo defensor de la industria de las armas. Pero por lo que más se le conoce es por su negativa a la reforma sanitaria y, pese a sus orígenes, por mostrarse tajante a la hora de hablar de cualquier opción que dote de la ciudadanía estadounidense a extranjeros en situación irregolar. Este es, precisamente, uno de los puntos que más se le reprocha, dado que nació en Canadá y que es hijo de un cubano.
Falta por ver si el hecho de que haya nacido en Canadá no es un impedimento para que se convierta en el próximo presidente de Estados Unidos. La Constitución establece un requisito claro: el candidato tiene que ser «ciudadano de nacimiento». Sin embargo, Cruz insiste en que en su caso la nacionalidad estadounidense es automática por ley ya que su madre sí es de EE.UU., lo que le proporciona la doble nacionalidad.