María Sol Borsani es madre de una alumna de la Escuela Nº 2, de Dorrego y Ayacucho. Esta mañana en la 99.9, brindó su testimonio sobre el estado catastrófico del establecimiento. “El dinero que ahora se quiere afectar de Obras Sanitarias no estaría disponible para esto, ya nos dijeron que no entraremos en la obra porque es para cloacas, agua y sanitarios”, remarcó.
La situación de las escuelas de la ciudad ya es extrema. Y lo que sucede en la Escuela Nº 2 “República de México”, ubicada en Dorrego y Ayacucho, es un claro ejemplo. Esta mañana en la 99.9, María Sol Borsani, madre de una alumna del colegio, uno de los primeros de la ciudad, denucnió la situación.
Su reclamo se hace un poco más notorio hoy, pero la comunidad educativa del colegio reclama por lo mismo hace siete años: “desde 2007 hemos emprendido una peregrinación a través de notas por las distintas filtraciones del techo, que se empezaron a caer y ya tenemos cataratas. Esto toma la electricidad de las paredes, que tienen cables de tela y provocan la electrificación de las paredes. Nos fueron paliando este tema con disyuntores, pero sigue pasando porque no se arregló definitivamente”.
Incluso han tenido la oportunidad de que el Consejo Escolar los escuche, pero parece que no es el ente indicado para darles respuestas: “no es que el Consejo no nos haya atendido, pero el dinero que entra es para mantenimiento y no para una obra de infraestructura tan grande”.
En medio de la problemática, aparecen los 25 millones que quiere sacar Pulti de Obras Sanitarias para destinarlo al arreglo de escuelas. Aunque está claro que esa suma no irá a lugares como la Escuela Nº 2: “el dinero que ahora se quiere afectar de Obras Sanitarias no estaría disponible para esto. Ya nos dijeron que no entraremos en la obra porque es para cloacas, agua y sanitarios. Seguiríamos peregrinando desde 2007”.
No solo se plantea un problema con los techos y las paredes electrificadas, sino que hay un dilema moral que a los políticos poco les interesa. “La educación es pública y gratuita, y esta situación es indignante. Les mostramos a los chicos que peregrinamos entre políticos y lo único que conseguimos es que terminen el colegio con la escuela cada vez peor”, indicó Borsani. Luego, agregó: “mientras todo eso pasa, educamos mal, estamos diciendo que está bien la desidia, la humedad y los colegios sin cuidados. Logramos tener de la Dirección de Infraestructura un presupuesto de obra que son 270.000 pesos, que es lo que costaría arreglar el colegio. Como comunidad, pintamos el patio, lo limpiamos, los padres tenemos que comprar la lavandina para que esté limpio”.
A pesar de todo, María Sol sigue eligiendo la escuela pública para educar a su hija porque, según dijo, “para mí es un orgullo que mi hija vaya a una escuela pública”.