Miriam, vecina de nuestra ciudad, habló esta mañana en la 99.9 y relató el salvaje robo que sufrieron su suegra y su nieto en su domicilio, a metros de la Comisaría 3°. “Fue el sábado a las 11 de la mañana. A mi suegra la golpearon y a mi hijo lo amenazaron con una pistola”, dijo
La violencia y los robos violentos, no ceden. A pocas cuadras de la Comisaría 3°, el pasado fin de semana una anciana fue asaltada y golpeada brutalmente mientras estaba con su nieto.
Esta mañana, en el aire de la 99.9, brindó su testimonio Miriam, la nuera de la mujer atacada y madre del niño que la acompañaba. “El asalto fue el sábado a las 11 de la mañana, viven muy cerca de la Seccional 3° y enfrente de la villa”, indicó.
Aprovechando que la abuela estaba sola con el niño, los ladrones ingresaron y la maniataron: “mi marido y yo estábamos trabajando, ella estaba con mi hijo. La agarraron por la espalda, le taparon la boca y le sacaron la llave que tenía en las manos. Entraron, la golpearon y le empezaron a decir improperios”.
De inmediato, las agresiones se dirigieron al niño, que también fue amenazado. “El nene estaba en la habitación, cuando entraron le apuntaron con un arma y le dijeron que se tire al piso. Mi suegra tiene 74 años y problemas de salud, tampoco tiene estabilidad, la tocás y se cae”, indicó Miriam. Y agregó: “le han dado un culatazo en la cabeza y se cayó. Tiene una fisura en la costilla y contusiones. Estamos desde el sábado llamando todos los días a la ambulancia para llevarla al médico, porque no se puede mover”.
Un nuevo caso donde las víctimas encuentran consuelo en que el desenlace no haya sido peor. “Les tenemos que agradecer a los delincuentes que no los hayan matado a los dos. No entiendo cómo vivir, estamos detrás de las rejas”, señaló Miriam.
A pesar estar tan cerca del domicilio, la policía poco pudo hacer e investigar. Mientras tanto, las consecuencias para la abuela y su nieto están intactas: “vino la Policía Científica y dijo que no podía sacar huellas porque vinieron con las manos mojadas, y las huellas están empastadas. A mí las joyas no me las devuelve nadie ya, pero ahora mi suegra tiene miedo de quedarse sola. Mi hijo está con un tratamiento psicológico porque tenía miedo de estar solo y habíamos logrado que lo haga, pero ahora con esto volvimos para atrás”.
Aunque muchos aseguran que el Comando de Patrullas ha conseguido reforzar la presencia policial, no sucede así en este barrio, donde se podría haber evitado semejante ataque: “no vemos seguridad, no vemos patrullaje. Hicimos varias denuncias y nunca pasó nada”.