La coordinadora del Centro de Orientación de la Universidad Católica Argentina (UCA) habló esta mañana en la 99.9. Se refirió al trabajo que realizan desde la logoterapia con los chicos de sectores vulnerables. “Estamos dentro de un grupo amplio aplicando un método inédito”, explicó.
El trabajo de campo en las villas siempre es algo difícil de articular, sobre todo cuando la psicología comienza a abrirse paso en un ambiente que suele ser muy hostil. Sin embargo, en Buenos Aires se está trabajando de una manera muy organizada para brindarles herramientas a las personas que viven en los sectores más vulnerables, principalmente a los niños más pequeños.
Esta mañana en la 99.9 habló Patricia Ovejas de Santángelo, coordinadora general del Centro de Orientación que la Universidad Católica Argentina (UCA) ha implementado para este fin. La profesional explicó que “estamos dentro de un programa amplio que armó la UCA donde hay también un centro de orientación psicopedagógico, un taller de apoyo escolar y otro de microemprendimientos. Nosotros aplicamos un método que es inédito y fruto de la investigación realizada durante 8 años, utilizando la logoterapia de Victor Frankl, que nos lleva a trabajar con los curas villeros a partir de una idea del hombre espiritual junto con una técnica de psicoanálisis que adapta el Dr. Fiorini para aplicar el psicoanálisis en el Hospital Público con sectores vulnerables”. Luego agregó: “los curas villeros son quienes comienzan el trabajo y nos derivan a los chicos”.
Si bien la primera interacción es con los niños, el espectro de estudio y apoyo se amplía al resto de los grupos familiares: “tomamos esa población de 4 a 14 años, pero trabajamos con toda la familia. El proyecto tiene que ver con la prevención primaria de los niños y sus familias. En realidad, la asistencia se multiplica por 5 o por 6, nos traen al tío, al abuelo, al hermanito. Lo que se trabaja ahí son temas muy graves”. Entre los muchos abordajes que realizan, mientras tienen a la educación como eje central para la recuperación, Santángelo habló sobre un tema puntual, que son los problemas judiciales: “tienen que ver con pedidos de exclusión. Se logró que en la villa haya un asentamiento de judiciales donde nosotros pedimos la exclusión de hogar por violencia o abuso. Ellos tienen el cuidado del aparato legal”.
Su intervención es una pata fundamental del trabajo, que luego se extiende al resto de la sociedad y se transforma en una herramienta increíblemente poderosa para transformar la vida de las personas. “Se trabaja en una red que nos supera a nosotros. Se empieza a trabajar con las escuelas, que responden muy bien; se debe trabajar con las asistentes sociales que le consiguen el plan a la madre porque el chico se está muriendo de hambre, pero la mamá no sabe hacer el trámite y demás. El trabajo que hacemos tiene un respaldo”, agregó. Y resaltó que “la UCA tiene un taller de micro emprendimientos; los chicos salen con un trabajo de supermercadistas, dándoles una opción laboral también”
refiriéndose a la inclusión de una profesional boliviana dentro del grupo de trabajo, que es estudiante de la UCA, Santángelo comentó: “se acercó y dijo que quería a su pueblo, y realmente nos ayuda con lo cultural. Nosotros debemos respetar la cultura de nuestros orientados y Andy, que es psicóloga y es de Bolivia, nos ayuda mucho a entender esa cultura, porque nos debemos acercar desde los valores de ellos”.
Desde el punto de vista de su trabajo, Patricia Ovejas de Santángelo cree posible cambiar los hábitos de estos chicos cuando están en el proceso madurativo: “Victor Frankl dijo algo revolucionario para la psicología, y es que las personas siempre pueden captar nuevos valores y están llamadas a descubrir cosas nuevas. Eso dura hasta la adolescencia; ya en un adulto, que cristalizó su personalidad, es un poco más difícil. Por eso nuestro proyecto está articulado en la educación”.