Ariel Murias, vecino del barrio Lomas del Golf, habló esta mañana en la 99.9 denunciando nuevamente la presencia de caballos sueltos, caminando por las calles e incluso pastando en los jardines de las casas. “Los que tienen que tomar el tema miran para otro lado porque les conviene”, agregó.
Hay un problema que aqueja a varios barrios de la ciudad, pero que en algunos se acentúa: los animales que andan sueltos. Esta mañana en la 99.9, Ariel Murias, vecino del barrio Lomas del Golf, destacó que desde hace mucho tiempo tienen problemas con un grupo de caballos que son liberados por las calles y que han provocado accidentes de distinta gravedad.
Los reclamos pertinentes fueron hechos en todas las instituciones correspondientes, pero nadie respondió: “los que tienen que tomar el tema miran para otro lado, porque les conviene. He llamado a Zoonosis y dicen que no les compete”, destacó Ariel.
Las consecuencias de tener caballos sueltos en el barrio, le tocaron de cerca: “mi señora tuvo un accidente hace un año. Iba muy despacio entrando al barrio y el caballo se apoyó en el auto nomás, no fue grave pero le rompió todo. Desde que estoy acá vi tres accidentes gravísimos. Uno se metió medio cuerpo en un Fox; dos semanas después de mi señora, otro pariente tuvo un accidente, fue un caballo chico pero le cortó toda la cara y lo lastimó. Llamó a la ambulancia y la policía, que aparecieron como 3 horas más tarde”.
La procedencia de los caballos que hoy están sueltos también es conocida: “son los caballos que usan en la 39 casi la costa, que los alquilan. Generalmente los llevan para el lado de la cantera y no molestan, pero de vez en cuando los largan para el barrio. Estas últimas semanas estaban caminando por las calles y pastando en las veredas de las casas. Es un peligro”.
Como ha pasado mucho tiempo desde el hecho que involucró a su esposa, Murias se ha presentado ante todas las autoridades con curiosos resultados: “hice la denuncia penal y fui a fiscalía, pero no me llamaron para declarar. De la Comisaría Quinta le mandaron la denuncia a Fiscalía General para que se la pasen a ellos; pasó un tiempo, fui de nuevo y nada. Dejé que pase el tiempo, pero no tuve ninguna respuesta. Incluso me dieron una nota para que la lleve al oficial que me tomó la denuncia, me tenía que hacer una copia de recibido y no quiso hacerla. Me dijo que nos iba a llamar en la semana y eso pasó hace meses”.
Los negociados entre algunos efectivos policiales y comerciantes despiertan la sospecha de cualquiera: “a mí me da qué pensar que el tipo este tiene algún negocio con los caballos y no quieren hacer nada”.
Mientras insiste en encontrar una respuesta, hace pocas horas Murias recibió una mínima señal positiva que permite pensar en una solución: “me llamaron de Asuntos Internos de la Policía porque estaban tomando cartas en el asunto. Me dijeron que les mande la foto y la denuncia para ver qué podían hacer”.