Desde ayer viernes a las 16.15 de la tarde, la terminal de micros de Mar del Plata, operada por la dupla nefasta de Nestor Otero y Florencio Aldey Iglesias se encuentra completamente a oscuras.
El apagón se debe a un incendio ocurrido en la subestación de energía eléctrica que provee el servicio a la terminal y, según dice el concesionario, recién la semana que viene podrá ser solucionado. Sin embargo, hay algunas islas de luz en medio de las penumbras de la terminal operada por Otero: se trata de los cafés y otros locales que le pertenecen a él y a los que sí ya se les restableció, aunque sea de manera precaria, el servicio de energía.
¿Los demás? Que se arreglen. Las empresas de micro no tienen ni teléfonos, ni internet con lo cual, si algún ciudadano necesitado de viajar quiere comprar su pasaje sólo puede hacerlo concurriendo a la terminal de manera personal.
El sistema de anuncio de arribos y partidas tampoco funciona, así que cada uno tiene que estar adivinando o preguntando de manera personal en dónde tiene que tomarse su micro y llegar bien temprano si no lo quiere perder.
Ante semejante situación de desastre, es de esperar que alguna autoridad se haga presente y se ponga al hombro la situación, pero no es el caso. Nadie se ha acercado a la terminal de Otero para entenderse del tema o intentar solucionar esta desastrosa situación.
Accidentes pasan en todos lados, pero la pregunta es, ante el infortunio, ¿hace falta manejarse tan mal?