¿Qué pasaría si hubiese una manera de retornar a como se vivía antes del coronavirus? No más distanciamiento social, no más mascarillas, no más temor de infección de covid-19.
Obviamente la razón de todas las restricciones tienen el objetivo de repeler el virus y minimizar el contagio. Lo que necesitamos es una manera rápida y confiable de detectar aquellos en nuestro entorno que están infectados.
El primer problema es que menos de una en cuatro personas que dan positivo en la prueba de coronavirus manifiesta síntomas el día en que hacen la prueba.
Eso crea el riesgo de que el virus se propague por personas que no están conscientes de que están infectadas.
Un segundo problema es la prueba misma. La mejor manera actual de detectar el coronavirus implica tomar una muestra de mucosa introduciendo un hisopo en el fondo de la garganta y dentro de la nariz.
Es posible que yo sea excesivamente sensible, pero encuentro la idea que me metan un hisopo hasta las amígdalas y luego arriba por las fosas nasales un tanto desagradable y me da ganas de vomitar.
El procedimiento sólo dura unos segundos, pero no estoy seguro de que quiera hacerlo cada semana, como propone el NHS (el sistema de salud pública de Reino Unido).
Un tercer factor es el tiempo. La muestra tomada con el hisopo, o prueba de reacción en cadena de la polimerasa (RCP) tiene que ser enviada a un laboratorio que se demora unas horas en procesarla.
Nueve de cada 10 personas que asisten en auto a uno de los centros de pruebas reciben los resultados dentro de 24 horas. Pero todavía no es un servicio instantáneo.
Así que lo que necesitamos es una manera rápida, ágil y confiable de hacer la prueba de coronavirus.
Ya se están haciendo experimentos con pruebas con hisopos de rápido resultado, que sería un gran paso adelante.
Pero la prueba de saliva podría ser revolucionaria.
Imagínate que todo lo que tuvieras que hacer es escupir en una probeta para ver si tienes el coronavirus.
Está bien, no es así de sencillo. La muestra de saliva tiene que ser enviada a un laboratorio, pero el resultado puede salir mucho más rápido que el del hisopo.
Jayne Lees y su familia están tomando parte en un ensayo de prueba de saliva que se realiza en Southampton (una ciudad portuaria en el sur de Inglaterra).
Observé cómo Jayne y sus tres hijos adolescentes, Sam, Meg y Billy, sentados alrededor de una mesa, escupían en una cuchara y vertían la saliva en una probeta.
“Un hisopo puede ser muy invasivo, especialmente si no te estás sintiendo muy bien”, dice Jayne. “La prueba de saliva es mucho más fácil”.
Más de 10.000 médicos de cabecera y otros trabajadores clave con sus familias en esa ciudad están participando en el proyecto.
“Creemos que la saliva es un fluido muy importante para analizar”, comenta Keith Godfrey, uno de los coordinadores del experimento en la Universidad de Southampton.
“La glándulas salivares son el primer lugar del cuerpo que infecta el virus. Parece ser que las personas registran positivo en su saliva antes de en el resto de los ductos respiratorios.”, señala.
“Si lo que buscamos es detectar a las personas en los estados primarios de la infección, este bien puede ser el camino hacia adelante”.
El éxito del ensayo depende de qué tan exacta sea la prueba de saliva para detectar coronavirus.
Las muestras del ensayo en Southampton están siendo procesadas en los laboratorios gubernamentales de la Agencia de Salud de Animales y Plantas, en el condado de Surrey.
Las muestras se mezclan en una solución que se calienta para que suelten el material genético del virus. El método, conocido como RT-Lamp (amplificación isotérmica mediada por bucle), toma unos 20 minutos, comparado a las varias horas que toma la prueba de RCP.
“Estamos muy entusiasmados”, declara el profesor Ian Brown, jefe de virología. “Hemos logrado importantes avances en las últimas semanas, en términos de superar los desafíos técnicos del uso de una prueba de saliva”.
Aquí es donde las cosas se ponen interesantes. Si el ensayo piloto funciona, toda la ciudad de Southampton, más de 250.000 personas, podría tener acceso a pruebas de saliva semanales.
“Si estamos dispuestos a reabrir la sociedad y la economía, esta podría ser la manera de monitorear la presencia del virus en comunidades y detectar los brotes antes de tener que necesitar confinamientos”, afirma el profesor Godfrey.
A algunas personas les gustaría ir más lejos. Un grupo de científicos liderados por el profesor Julian Peto, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, sugiere que toda la población en Reino Unido debería tener acceso semanal a las pruebas de saliva para coronavirus.
Arguyen que la epidemia de covid-19 podría “acabarse y restaurar la vida normal” si se lleva a cabo una vigilancia en masa.
Eso significaría un enorme aumento en las pruebas de laboratorio. Actualmente, el gobierno dice que puede realizar 300.000 pruebas diarias, pero esa cifra tendría que aumentar a 10 millones al día.
La manera como funcionaría sería así: haces tu prueba de saliva y la envías. En el lapso de 24 horas recibes el resultado. Si es positivo, tú y tu familia tendrían que entrar en aislamiento.
Los restaurantes y otros sitios públicos podrían solicitar evidencia de resultados negativos recientes antes de permitir la entrada de clientes.
La esperanza es que la identificación temprana de los infectados terminaría rápidamente con la epidemia.
Naturalmente el programa sería costoso, tal vez hasta US$1.250 millones al mes. Pero esta es una pequeña fracción del impacto del coronavirus en la economía británica.
El ente encargado de responsabilidad presupuestaria indica que la crisis probablemente costará a Reino Unido unos US$400.000 millones este año fiscal, y posiblemente más.
Uno de los problemas sería el cumplimiento. ¿Cuántos de nosotros estarían dispuestos a escupir en una probeta todas las semanas? Podría parecer una pérdida de tiempo.
Pero la otra cara de la moneda es que ese podría ser el completo fin del distanciamiento social. ¿No aprovecharías esa oportunidad?
Si funcionase significaría el fin de las mascarillas, los pasillos de una sola vía en las tiendas, el fin del aislamiento de millones de personas ancianas y vulnerables. Podrías volver a abrazar otra vez a tus amistades y abuelos.
Algo menos ambiciosos pero más dirigido a objetivos específicos también podría tener un impacto importante.
Las escuelas podrían hacer pruebas semanales a los estudiantes y al personal. Las pruebas frecuentes de saliva también podrían realizarse en hogares de cuidado o áreas de brotes.
Se podrían instalar laboratorios en aeropuertos para que los pasajeros que llegan y salen puedan ser sometidos a pruebas mientras esperan el vuelo.
Hay mucho que está en juego con el ensayo de Southampton. Una situación que podría complicar las cosas es que la incidencia de coronavirus en esa ciudad está bajando. Jayne Lees y su familia han tenido dos resultados negativos hasta ahora. Sospecho que lo mismo se podría decir de todos o casi todos los que están tomando parte en el ensayo.
Para que ese estudio funcione, se deben poder identificar tanto muestras positivas como negativas.
Pero los hijos de Jayne se encuentran entre aquellos que esperan que esos obstáculos se puedan librar y que las pruebas de saliva a nivel masivo se conviertan en la solución.
“Sería estupendo, nos libraríamos de la pandemia de una vez por todas”, expresa Sam, de 19 años. “Cambiaría la vida de la gente”.