“Todavía no estamos preparados tecnológicamente para viajar a Marte”

A pesar de la crisis, de los problemas que según muchos habría que resolver en la Tierra antes de poner la vista fuera de nuestro planeta, el responsable de Exploración y Operaciones Tripuladas de la NASA, William H. Gerstenmaier, asegura que explorar el Universo sigue siendo una prioridad para la sociedad porque “hace más fácil la vida en la Tierra”.

William-GerstenmaierEl ingeniero de la agencia espacial estadounidense ha viajado a Madrid para celebrar el medio siglo de vida del Centro de Comunicaciones de la Red del Espacio Profundo (DSN), la estación de antenas que la NASA tiene en Robledo de Chavela, Madrid.En un encuentro con periodistas, antes de la conferencia que pronunciará este jueves en el Caixa Forum de Madrid, Gerstenmaier ha destacado que la exploración espacial “genera grandes beneficios para la humanidad”, unos beneficios que no se lograrían “si no fuera por la ambición de explorar el espacio”.Gerstenmaier es un firme defensor de la exploración espacial con misiones tripuladas. Para el ingeniero de la NASA, existen aspectos que la robótica, por muy avanzada que esté, nunca podrá sustituir la experiencia personal de alguien que haya viajado al espacio. “Existe un gran debate en torno a este tema, pero creo que la descripción humana de estas misiones es insustituible”. “Se pueden llevar a cabo muchas funciones gracias a la robótica, pero la parte humana marca la diferencia“, ha asegurado.
Marte es, precisamente, uno de los objetivos principales para la NASA. Según Gerstenmaier, enviar una misión tripulada a Marte en 2030 es una meta que “necesita tiempo y preparación”. Reconoce que es un desafío “muy grande que aún no sabemos si se va a poder cumplir”. “Tenemos que mejorar muchos aspectos todavía porque no estamos preparados tecnológicamente”.La NASA aborda el reto en tres fases: la primera es la investigación que se hace en la Estación Espacial Internacional (ISS) y que seguirá hasta 2024; la segunda es el trabajo de investigación en la ‘región experimental’, una zona cercana a la Luna que servirá para entrenar a los astronautas, “pero con la cercanía suficiente para regresar a la Tierra si hay problemas”; y la última es Marte, “la que contiene todos los desafíos”, en palabras de Gerstenmaier.
“Es un proceso lento y hay que asumir riesgos, pero de los fracasos también podemos aprender”.”Antes de que el hombre ponga un pie en el planeta rojo, será necesario solucionar muchos de los desafíos que plantea este reto, como la exposición de los astronautas a la radiación solar durante el viaje, perfeccionar los sistemas para generar oxígeno, o analizar los problemas relacionados con el aislamiento de los astronautas”. La misión podría tener una duración estimada de unos tres o cuatro años, por eso “hay que solucionar el problema del almacenamiento de fármacos y alimentos, pero también es fundamental testar cómo afecta la ingravidez a los astronautas” ha asegurado el ingeniero estadounidense.Aun así, “el viaje a Marte es la meta en la más ilusión tenemos puesta”. Una ilusión que se contagia, como han podido comprobar con la cápsula Orión, la nueva nave con la que la NASA pretende llegar hasta Marte.
“Hay un grupo muy grande de gente apasionada por estas exploraciones que utiliza las redes sociales para mantener viva esta pasión”. En defensa de la exploración espacialFrente a los que consideran que la inversión en la exploración espacial es un despilfarro, Gestenmaier enfatiza que no solo ha conseguido hacer realidad las fantasías de aquellos que soñaban con explorar el cosmos, sino que ha permitido desarrollar grandes avances tecnológicos que hoy en día nos hacen la vida mucho más fácil. Desde teléfonos, ordenadores, sistemas GPS, información meteorológica… hasta las transacciones bancarias que permiten pasar datos de forma segura. “Aunque muchas cosas las damos por hechas, estos avances que tuvieron su origen en el sector espacial han llevado mucho tiempo y mucho trabajo”, ha destacado Gerstenmaier.
Las ventajas de estas misiones se pueden apreciar también en materia de salud, y es que existen patologías que las tripulaciones, por efecto de la ingravidez, comparten con los ancianos o los enfermos: pérdida de masa ósea, atrofia muscular, degradación del sistema inmune, o problemas relacionados con la percepción. “Las investigaciones espaciales permiten un mayor conocimiento de estos problemas para poder poderles solución”, asegura el ingeniero. “Hay mucha gente que cree que estas investigaciones se podrían llevar a cabo por financiación directa, en la Tierra, sin tener que invertir en misiones espaciales, pero lo cierto es que el futuro en este terreno es muy esperanzador”.
Al ser preguntado por el hecho de que ahora mismo EEUU sigue dependiendo de Rusia para lanzar a sus astronautas, Gerstenmaier ha rememorado los inicios de la exploración espacial, cuando “era una verdadera competición”. “Queríamos ser mejores que los rusos y pisar la Luna, y eso justificaba el gasto” pero al llegar al objetivo la carrera se frenó y dio paso a la cooperación internacional, que es “un mundo mucho más sostenible y favorable para avanzar en la exploración espacial”.”Como dijo Mandela en una ocasión, si quieres ser el primero, mejor camina solo, pero si quieres quedarte, ve acompañado”, ha declarado Gerstenmaier.En esta línea, ha asegurado que la cooperación, con el sector privado, “es muy importante” para lograr avances en la exploración espacial. “Los 16 países que estamos en la Estación Espacial Internacional (ISS) trabajamos mano a mano, también en el diseño del viaje a Marte, en el que utilizaremos tecnología desarrollada en otros países”. En ese sentido, las antenas del centro de Robledo de Chavela “serán determinantes en el futuro, ya que Madrid tiene la una orientación perfecta para centralizar las comunicaciones de los vuelos tripulados y misiones a Marte”, ha asegurado Gerstenmaier.