“Todavía tengo que soportar los tiros”

Ana se hizo conocida el fin de semana cuando el Diario La Nación publicó la historia. Los narcos del barrio donde vive le incendiaron la casa porque los quieren intimidar para poner un kiosco de droga en ese lugar. “Quedamos peor de lo que estábamos”, dijo esta mañana en la 99.9

Ana en su casa atacada. (Foto: Mauro Rizzi)

Ana en su casa atacada. (Foto: Mauro Rizzi)

El caso de Ana Monje llegó a la plana nacional con una publicación del Diario La Nación el fin de semana. Es una vecina de Mar del Plata que ha sufrido en su casa el ataque de los narcos que habitan en la zona de Avellaneda al 5.900 y han llegado a tirarle una granada.
Lo que ha vivido, lo contó esta mañana en la 99.9: “quedamos mal porque somos pobres y quedamos peor de lo que estábamos. Tengo mi hija con 6 criaturas acá porque no puede volver a su casa por miedo, otra hija que quedó en la calle, otra que tiene parte de la casa rota y los techos lloviéndosele con 6 chicos. Todavía tengo que soportar los tiros, no poder salir a la calle ni mandar chicos grandes al colegio”, relató.
El hecho se inició hace un par de meses, pero las consecuencias no se detienen. El objetivo también está claro: sacarlos del lugar porque lo necesitan para vender droga. “El 7 de marzo empezó todo esto con tiros y botellas con fuego, sifones. Empecé a llamar a la policía a las 10 de la noche sin tener respuesta, parecía que tenían miedo también o estaba liberado para que nosotros tuviéramos miedo y nos fuéramos. Quieren el lugar para poner un puesto de droga”, afirmó.
Lo que les tocó vivir, de alguna manera lo esperaban, a punto tal que una de las hijas de Ana trató de hacer entrar en razones a uno de los jefes de la banda: “vivo a 15 o 20 metros de la calle por un pasillo, por eso les sirve. Están denunciados todos, son vecinos míos. Uno es Lucio Bricka. Incluso mi hija fue a hablar con ellos, nos dijeron que no íban a hacer nada y luego empezaron con todo lo que nos tiraban. Había gente de todos los barrios”, indicó.
Tiraron tantas cosas, que luego se dieron cuenta que hasta tenían armamento militar, que no debe ser sencillo conseguir…claro, a no ser que estés en el delito: “tuvieron que venir los bomberos porque había hasta una granada que encontramos a los 10 días del ataque en el terreno de mi hija, mientras limpiábamos”.
Respecto de Lucio Bricka, la definición de Ana fue muy clara: “es una persona que vende drogas, es uno de los doce apóstoles; es como el caudillo del barrio. De la casa de él mandaba al medio de la villa potes de helado con balas, chalecos antibalas, armas, FAL, hubo gente detenida pero ya la largaron. Anda por la calle con armas, mostrándolas para intimidar”, describió. A pesar de todo esto, la policía no hizo ni hace nada.
La violencia es tal para ellos, que ni siquiera en la escuela pueden encontrar un refugio: “no podemos ni llevar los chicos al colegio. Uno de ellos, fue amenazado por el que mató al taxista el año pasado en Tierra del Fuego y Alvarado, le mostró el arma y le dijo que le iba a pegar un tiro. Ellos son los que mandan, no podamos ni llevarlos al colegio”, finalizó.
Una historia que se repite en distintos barrios. Una familia numerosa que es víctimas de las bandas narcos, pero a pesar de todos estos datos y que la justicia está trabajando, todavía no hay novedades en la causa.