El investigador adjunto del CONICET, Tomás Falzone, forma parte de un grupo de trabajo que ha logrado avances en el estudio de una de las proteínas que caracteriza al Mal de Alzheimer: el tau. “No creo que estemos a las puertas de un posible tratamiento, sino ante un entendimiento de como funciona el sistema”, adelantó.
Un grupo de investigadores argentinos ha avanzado en la investigación de una proteína que se transforma en actor principal del Mal de Alzheimer, pero también del Parkinson y la demencia frontal: el tau. Tomás Falzone, Investigador adjunto del Conicet en el Instituto de Biología Celular y Neurociencia (IBCN) es uno de los integrantes de ese grupo y brindó detalles en la 99.9.
En principio explicó de que se trata el tau y para que sirve: “el sistema nervioso tiene distintas células y las neuronas son las que transmiten el impulso eléctrico. El sistema que utilizan para trasladar el transporte tiene una proteína, el tau, con la que estuvimos trabajando y que puede regular la estabilidad de los carriles que permiten el transporte. Le da fuerza y estructura, además de regular dinámicas de movimiento intracelular”.
A pesar de que se pudo avanzar para comprender de que manera trabaja esta proteína, el investigador remarcó que no se trata de una cura cercana para el Alzheimer: “el sistema nervioso es muy complejo. No creo que estemos a las puertas de un posible tratamiento, sino ante un entendimiento de como funciona el sistema. En varias enfermedades neurodegenerativas, se ve un desbalance de las formas de TAU y eso está asociado a las enfermedades. Lo que encontramos, es como ese desbalance genera alteraciones en las dinámicas de movimiento. Eso no indica que tendremos un diagnóstico, pero si entendemos ese balance y desarrollamos estrategias para controlarlo. Se puede pensar a futuro, que son corregibles esos desbalances”, adelantó.
Este tipo de descubrimientos, que forman parte de lo que se llama ciencia básica, puede empezar a abrir caminos de desarrollo, ya que no son los únicos que se dedican a esta materia: “hay muchos grupos en el mundo que están trabajando en esta proteína”.
Mientras tratan de seguir avanzando, los investigadores que dependen del CONICET deben afrontar una dura situación económica en nuestro país. Al respecto, Falzone explicó que “la situación es delicada. Necesitamos de los subsidios para avanzar en estas investigaciones. Si bien nos interesan los subsidios internacionales, necesitamos también los nacionales. Esto debería crecer de alguna manera y es una batalla que los investigadores estamos dando en los lugares que debemos dar. Queremos hacer ciencia de calidad que brinde aportes”.