La política del Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue acribillada por un grupo de hombres armados que entraron hasta su domicilio a dispararle.
Tan sólo un día después de asumir su cargo, Gisela Mota, la alcaldesa de un municipio de Morelos, un pequeño estado aledaño a Ciudad de México, fue asesinada a balazos en su propio domicilio. Un grupo de hombres encapuchados irrumpieron en su casa a primera hora de este sábado y abrieron fuego contra la edil del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la izquierda mexicana. La Fiscalía del Estado de Morelos informó este domingo que ya han sido detenidos tres presuntos delincuentes y apunta al cartel de Los Rojos, con presencia en el centro y oeste del país, como responsables del atentado.
El gobernador estatal, Graco Ramírez, también del PRD, anunció este domingo en rueda de prensa que ha puesto en marcha el protocolo de seguridad para los 33 alcaldes de la entidad. “Se trata de un nuevo desafío de la delincuencia al Estado, pero no cederemos”, añadió. Durante el operativo, otros dos presuntos delincuentes habrían sido abatidos por la policía.
Por su cercanía con la capital mexicana y su buen clima, Morelos -1,7 millones de habitantes- es considerada una zona residencial para las clases acomodadas del Distrito Federal. Su proximidad con zonas calientes como Guerrero y Michoacán alumbró también la llegada durante los últimos años del crimen organizado. El aumento de los índices de delincuencia -en 2013 registró la tasa de secuestros más alta de México: 8,5 por cada 100.000 habitantes- desembocó en la instauración del Mando Único. Esta medida, lanzada por el Gobierno de Peña Nieto que, consiste en subsumir a todas las fuerzas policiales de un Estado bajo el paraguas estatal en un intento de neutralizar a los alcaldes-marionetas del narco.
Las instituciones municipales mexicanas son las más vulnerables al poder corrosivo de la delincuencia organizada. El caso de Iguala, donde desaparecieron los 43 estudiantes, es paradigmático. El alcalde y la policía municipal formaban parte de la estructura criminal de uno de los cárteles que controlaba el trasiego de droga y la extorsión en el Estado de Guerrero. Por otro lado, al menos tres ediles fueron asesinados el año pasado en México.
Gisela Mota siempre perteneció al PRD. Su madre Juanita Ocampo, era una activista afín al partido izquierdista. En el 2005 la política de 33 años fue secretaria de asuntos juveniles en Temixco y en 2012 fungió como consejera del PRD en Morelos. En el periodo 2012-2015 fue diputada federal y de ahí se proyectó como candidata a la alcaldía de Temixco.
En los últimos años, Morelos la entidad ha sido escenario de episodios violentos producto del crimen organizado. El territorio ha sido peleado durante años por el cártel de los Beltrán Leyva, los Guerreros Unidos y los Rojos. En la capital, Cuernavaca, se han organizado marchas multitudinarias para exigir un alto a la violencia.