El Gobierno pretende promover la reincorporación de las madres al trabajo.
La maternidad es uno de los principales obstáculos a que las mujeres continúen su vida laboral en buena parte del mundo, y aún más en Turquía, donde el permiso de maternidad es de ocho semanas, sensiblemente inferior al de España, y la protección social es también menor. De ahí que el Gobierno turco haya puesto en marcha varios proyectos con el objetivo de ayudar a que traer una criatura al mundo no signifique que las madres se desvinculen de sus trabajos. Y uno de ellos consiste en que las abuelas contribuyan al cuidado de los recién nacidos a cambio de un salario.
“Las madres que dan a luz corren el riesgo de alejarse del empleo y por ello se nos propuso el Proyecto Abuela para el sector privado. Establecimos un equipo y trabajamos en él desde hace un mes y medio”, explicó a inicios de enero el ministro de Trabajo y Seguridad Social de Turquía, Mehmet Müezzinoglu. La idea es que familiares de las mujeres que dan a luz –fundamentalmente madres o suegras de estas- se hagan cargo de los recién nacidos una vez completado el permiso de maternidad. En principio, la iniciativa debería comenzar en febrero como proyecto piloto con 1.000 familias de las provincias de Bursa y Esmirna y posteriormente se extenderá poco a poco al resto del país, pero todavía restan demasiados detalles por limar para su inicio.
Lo cierto es que la idea “aún está en fase de proyecto y se están debatiendo sus condiciones específicas”, según reconoció en declaraciones a EL PAÍS una fuente del organismo turco de Seguridad Social. Por ejemplo, la edad mínima que deberían tener quienes opten a ello; si deberán estar jubiladas o se podrá compaginar con otro empleo, o el salario que percibirán las abuelas-niñera. El ministro Müezzinoglu dejó entrever en una reciente entrevista que podría comenzarse con una cantidad de 400 liras mensuales (unos 100 euros), una cantidad ínfima ya que equivale a un tercio del salario mínimo, pero que podría servir de complemento a las magras pensiones que cobra la mayoría de los jubilados turcos. De momento el ministerio ha reservado un fondo de 6 millones de liras (1,5 millones de euros) para financiarlo. Tampoco se ha hablado de la posibilidad de que puedan ser hombres quienes ocupen el puesto de “niñeros”, ya que el conservador partido que gobierna Turquía da por hecho que solo serán abuelas.
En el fondo, el Proyecto Abuela pretende ser una continuación de otro denominado “Cuidado de los Niños en Casa”, que cuenta con financiación de la UE. También destinado a favorecer la incorporación de la mujer al mercado de trabajo (solo el 30 % de las turcas trabajan fuera del hogar, frente al 53% de España), esta iniciativa otorga entre 300 y 416 euros para que las madres de niños de hasta dos años contraten a una cuidadora profesional y paguen sus contribuciones a la seguridad social.
Pero la idea de emplear a las abuelas ha chocado también con críticas. La Plataforma por el Empleo y Trabajo Femenino (KEIG, por sus siglas en turco) denuncia que se inscribe en la filosofía del Ejecutivo islamista de “cargar sobre las mujeres” el cuidado de los hijos y circunscribirlo exclusivamente al hogar. De hecho, KEIG denuncia que en los últimos diez años el número de guarderías públicas en Turquía ha descendido de 497 a 56. Los sindicatos también se quejan de que la falta de instalaciones adecuadas para el cuidado de los niños en los lugares de trabajo y el creciente precio de las guarderías privadas hacen que muchas mujeres prefieran abandonar su empleo y dedicarse ellas mismas al cuidado de los hijos.