El profesor de Filosofía y Magister en Historia Económica, autor del libro «El Plan Inca» que repasa la propuesta de Belgrano ante el Congreso de Tucumán.

En la historia argentina ha habido momentos claves y situaciones que se terminaron discutiendo por los políticos del momento y que podrían haber cambiado la historia de nuestro país.
Uno de ellos fue «El Plan Inca» de Manuel Belgrano al momento de la declaración de la Independencia; tema que fue abordado y profundizado por el profesor de Filosofía y Magister en Historia Económica Ulises Bosia en su libro que lleva justamente ese nombre «El Plan Inca»: «Se trata de un libro que toma como punto de partida un episodio que sucede el día 6 de julio de 1816, o sea, tres días antes de la declaración de independencia. El Congreso de Tucumán, al que asiste Manuel Belgrano, que no era diputado, pero asiste a dar un informe secreto convocado por los diputados, recién regresado de Europa, plantea que da el resultado fallido de su viaje a Europa, que era un viaje diplomático, y de la situación política que se había dado en ese continente con la derrota de Napoleón y la restauración de las monarquías absolutistas. Él plantea dos cosas: que hay que declarar la Independencia de manera inmediata, por un lado, y por otro propone una forma de gobierno para ese país que se está fundando, que es la una monarquía constitucional. Él cree que no hay condiciones políticas para ser una república, cosa que a nosotros hoy nos parece lo más natural del mundo, pero que en ese contexto era parte de un debate. Y plantea lo más curioso, lo más original, lo más disruptivo, si se quiere, en ese contexto, que dice en lugar de ir a buscar a un personaje de la nobleza europea para coronarlo en el río la Plata, que había sido la idea del viaje que había tenido junto a Rivadavia en Europa, busquemos un descendiente de la vieja monarquía incaica y hagamos una monarquía de raíces americanas. Eso es lo que sucede ese día. Y a partir de ese episodio y de todo lo que desata, este libro trata de construir una mirada sobre ese proceso», explicó en la 99.9.
Las monarquías eran lo más frecuente a nivel mundial y el primer sistema democrático que estaba en marcha eran los Estados Unidos por lo que era el único ejemplo republicano para imitar: «EE.UU. era la referencia obligada desde el punto de vista republicano y democrático. Y después había sucedido también la Revolución francesa en Europa, que también tuvo una sucesión de diferentes experimentos políticos, pero todo eso en Europa había logrado un fortalecimiento muy grande de las monarquías absolutistas. En España, donde Fernando Séptimo había vuelto al trono, lejos de adoptar una mirada más de una monarquía constitucional, repone un régimen absolutamente absolutista. De ahí que los diputados del congreso de Tucumán veían la monarquía constitucional como algo diferente, como algo que marcaba una ruptura con el pasado pero, por supuesto, generaba discusiones, no es que todo el mundo estaba de acuerdo, pero podía ser visto como un remedio frente a una situación de crecientes dificultades para que haya una autoridad central que pudiera llevar adelante una guerra».
Hoy, el análisis de esas circunstancias parecen sencillas, pero el riesgo de ese tipo de decisiones deben ser analizadas en el contexto de ese tiempo: «El riesgo de una derrota implicaba seguramente la represión, el encarcelamiento o la muerte para muchos de ellos. Estas discusiones tienen una carga de dramatismo importante en el momento que se declara la independencia, que se discuten todos estos elementos que también hablan de la audacia en un momento de retroceso, buscar de alguna manera retomar la iniciativa. Algo parecido a lo que San Martín también hace con su propio plan de ir por Chile. La idea también de buscar un inca para coronarlo tiene que ver con una cuestión también política de la revolución, que es la dificultad para avanzar por el Alto Perú. Hoy lo vemos como un territorio lejano, pero para todos ellos era el corazón del virreinato, era la zona económicamente más importante, productivamente más importante, demográficamente y hasta culturalmente. Muchos habían ido a estudiar allá. El problema de no poder avanzar por el Alto Perú era un problema central para la revolución y la idea de buscar un inca era la posibilidad de sumar a las comunidades indígenas que eran mayoritarias en la población de Alto Perú a la revolución a través de ese medio político, de buscar uno de sus líderes y coronarlo como rey».