El Ministerio de Empleo guatemalteco apunta que hay 850.000 menores de 14 años trabajando, pero algunas ONG elevan la cifra a un millón.
Pasear por las calles de Guatemala no solo supone ver a niños y niñas trabajando, ya sea limpiando zapatos, incluso a los mismos agentes de policía, o vendiendo golosinas sin apenas poder sostener el cesto en el que las llevan. Pese a que el Ministerio de Empleo apunta que hay 850.000 menores de 14 años trabajando, algunas ONG, como el Programa Educativo del Niño, Niña y Adolescente Trabajador (PENNAT) elevan la cifra al millón.
En este contexto, el alcalde de la localidad de San Luis, en el departamento de Petén, Jesús Claros Arriaza, entregó este lunes “como muestra de cariño” a los niños y jóvenes pobres 18 cajas de lustre de zapatos, con el fin de que puedan ayudar económicamente a sus familias trabajando en el Mercado Municipal de este pueblo de más de 60.000 habitantes, situado a 360 kilómetros de la capital de Guatemala.En un acto oficial en la sede del Ayuntamiento, el primer edil posó incluso con los menores y las cajas de lustre.
“Creo que todo trabajo es sagrado y acuérdense de que en la manera en la que podamos sobrevivir en el marco de la Ley todo es bendecido por Dios y ustedes hacen un trabajo digno y mi aprecio hacia ustedes”, dijo Claros Arriaza.Además, esperó que este “estímulo” sea del “agrado de ustedes y sigan adelante ganándose el sustento de cada día”.
“Así como necesitamos infraestructuras, también necesitamos abrir medios para que la gente pueda trabajar y ganarse el pan cotidiano”, concluyó.Niños que apenas superaban los 10 años y que a duras penas podían sostener la caja con las herramientas para limpiar zapatos dieron la mano a un alcalde orgulloso de este gesto que le puede costar una denuncia por parte de las organizaciones que defienden los derechos de la niñez.
Así lo señala a EL MUNDO la coordinadora de PENNAT, Lenina García, quien explica que su entidad forma parte de una coalición de organizaciones de derechos de la niñez que ya están estudiando con abogados presentar una denuncia contra el alcalde. Para ello, van a mantener contactos con la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) y el Comité de Derechos del Niño para analizar qué procede hacer de acuerdo a las normativas nacionales e internacionales que amparan el derecho de los menores. Asimismo, la titular de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la PDH, Gloria Castro, ha indicado a este periódico que ya ha pedido a la Auxiliadora de esta organización en Petén que investigue estos hechos.
‘Deberían darles becas’
“Es algo que no debería darse, pero habría que verificar si fueron los propios niños trabajadores los que pidieron ese apoyo de alguna manera”, ha señalado, al tiempo que ha considerado que en lugar de entregarles cajas de lustre, “les deberían dar becas para que pudieran estudiar y referirles a los programas sociales para que los niños y adolescentes no tengan que buscar estrategias de supervivencia y de apoyo a sus familias”.
En similares términos se expresa García, quien “repudia” este tipo de acciones de entregar cajas de lustre de zapatos a niños y tacha de “indignante” la postura del alcalde, ya que como funcionario público tendría que garantizar los derechos de los niños y adolescentes “creando más escuelas o programas para estudiar, así como mejorar su salud y cultura”. Para la coordinadora de PENNAT, la entrega de las cajas supone una medida “muy paternalista y asistencialista”, teniendo en cuenta, además, que “no resuelve el problema de la pobreza y la desigualdad de los niños”.
No obstante, reconoce que muchos menores en Guatemala se dedican a limpiar zapatos y a otras labores para “sobrevivir” en un país donde la ley impide trabajar a menores de 14 años.
Menores trabajando desde los seis años
Sin embargo, en el país centroamericano los menores comienzan a trabajar mucho antes, entre los seis y siete años, para ayudar a sus familias con sueldos mensuales que, en ocasiones, no superan los 500 quetzales (63 euros) al mes, tal como constata García.
“La pobreza aumentó el año pasado, por lo que más de la mitad de la población es pobre en Guatemala, donde, además, se ha reducido la cobertura educativa, lo que provoca que haya muchos más niños trabajando”, lamenta la coordinadora de PENNAT.
Por otro lado, detalla que el 65% de los niños que trabaja en el país reside en las áreas rurales, donde realiza labores “más vulnerables y explotadoras, como el corte de caña y picar piedras”. Por su parte, el 35% vive en las zonas urbanas, aunque la mayoría emigró del campo a la ciudad donde acabó viviendo ya sea solo o con sus padres en áreas marginales de mucha pobreza.
“El trabajo infantil genera muchos problemas porque no solo afecta al desarrollo físico y emocional de los niños, sino que también provoca que a veces tengan que emigrar o contraer matrimonios a temprana edad”, denuncia García, quien aboga por “castigar a las empresas y patronos que contratan a niños de manera explotadora”.
El alcalde se defiende
Por su parte, tras las críticas recibidas a través de las redes sociales, donde le llegaron a acusar de “explotación infantil”, el alcalde ya ha aclarado que la entrega de las cajas se hizo “a petición de los vecinos” y ha señalado que alguno de ellos llegó al acto acompañado de tres menores que “ya cuentan con una beca de estudios”.
Precisamente, en la página de Facebook del medio de comunicación local de San Luis, denominado Notisur Petén, se publicó, para contrarrestar las acusaciones contra el primer edil, que el Ayuntamiento ha concedido este año ayudas de estudios a 50 niños y niñas a través del Fondo de Becas de Fundación Naturaleza para la vida.