Andrés De la Rossa recibió el prestigioso premio Pfizer a la mejor investigación en neurociencia por sus estudios sobre reprogramación neuronal.
Enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Parkinson o la Esclerosis Múltiple podrían comenzar a ver avances significativos en la búsqueda de su cura gracias a la reprogramación de células neuronales, lo que representa un cambio de paradigma en los estudios científicos de su clase.
El científico argentino Andrés De la Rossa recibió el prestigioso premio Pfizer a la mejor investigación en neurociencia por sus estudios sobre reprogramación neuronal, que fueron publicados por la revista Nature Neuroscience.
Contrario a la técnica in vitro, que se desarrolla fuera de organismos vivos (como tubos de ensayo o campanas), De la Rossa explica que “se experimentó con las neuronas corticales de animales vivos (técnica in vivo) para encontrar que este tipo de células pueden ser modificadas una vez están diferenciadas”.
“La reprogramación celular in vivo constituye un cambio de paradigma, debido a que antes se creía, por ejemplo, que una célula de piel iba a ser una célula de piel para siempre, o que una célula muscular era una célula muscular para siempre; es decir que no podían ser modificadas. Lo que demostramos es que con las herramientas adecuadas se las puede reprogramar, introduciendo genes para decirle a esa célula en qué tipo de célula quieres que se transforme”, indica.
Tras cuatro años de trabajo, que hicieron parte de su tesis de doctorado, De la Rossa adelantó que la reprogramación de células neuronales “puede ir abriendo puertas en el futuro para enfrentar diversos tipos de enfermedad donde haya células que estén muriendo o que estén deterioradas”.
Es el caso de patologías como el Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta por el deterioro cognitivo y trastornos de la conducta causados por la muerte de las neuronas, provocando que diferentes zonas del cerebro se atrofien; o el Parkinson, un trastorno degenerativo del sistema nervioso central.
“Por supuesto, son todas cosas que pensamos que se van a ir abriendo de a poco, nosotros mostramos en nuestro estudio el potencial que tiene la reprogramación celular. Nuestros estudios fueron hechos en animales de laboratorio y no deberíamos precipitarnos en pensar que en el corto plazo se aplique a pacientes”, aclara el científico.
Si bien “el trabajo de reprogramación celular fue aplicado en neuronas de la corteza cerebral, no está restringido solo a este tipo de células y puede ser aplicado en células de otras partes del cuerpo. Si funciona bien en neuronas, es muy probable que funcione en otros tipos de células”, de lo que se infiere que otras enfermedades en diferentes partes del cuerpo pueden ser tratadas de acuerdo a este hallazgo.
EL PROCESO
“Las células se comunican entre sí, pero si querés reprogramar una de ellas, tenés que introducir los genes a cada célula que querés reprogramar. Pero hay técnicas especiales hoy en día que te permiten hacer cientos de miles de esos procesos en pocas horas”, cuenta De la Rossa.
De acuerdo a su artículo, publicado en la revista Nature Neuroscience, esto se logró “desarrollando un método de entrega electroquímico in vivo, que manipula rápidamente las expresiones genéticas específicas en neuronas postmitóticas. Los genes se pueden generar de manera sintética en el laboratorio. Una vez que tenés los genes deseados, los introducís en el animal, dentro de la célula. Y son esos genes los que obligan a la célula a cambiar su identidad”.
“Cada célula tiene una identidad propia, y esa identidad está definida por una multitud de parámetros que van desde la morfología de la célula hasta los marcadores moleculares o las características fisiológicas de la misma. Imaginate que tenés un auto rojo, convencional, y le ponés algo (genes) dentro para que este se transforme y pase a ser un auto convertible y de color verde: cambia totalmente todos sus atributos. -explica- Eso es lo que mostramos que se puede hacer, y que se llama reprogramación celular”.
EL PERFIL
Andrés De la Rossa es un cordobés de 32 años, Licenciado en Genética por la Universidad Nacional de Misiones.
Luego de recibirse, obtuvo una beca para hacer un Máster en Biología Molecular en la Universidad de Ginebra, Suiza. Cuenta que el Máster tuvo bastante éxito y le sirvió para continuar con el Doctorado en Ciencia, en la misma universidad, y su investigación es producto de la tesis para el mismo.
Trabajó con un equipo de ocho personas, que fue comandado desde el laboratorio de neurociencia básica de la Universidad de Ginebra con intervención de otras instituciones como la Universidad de Lausanne, también en Suiza.
Luego de cuatro años de trabajo, su investigación fue premiada por Pfizer como la mejor en neurociencia, un reconocimiento importante en el país europeo y a nivel internacional.
El trabajo fue publicado en un artículo de la revista mensual Nature Neuroscience, dedicada a divulgar trabajos de investigación originales relacionados específicamente con la neurociencia.