Un arqueólogo argentino estudiará los signos de una tumba de 3500 años en Egipto, mediante una metodología que desarrolló durante 10 años junto a otros investigadores en la sierra del Alto Ancasti, en Catamarca, para descifrar pinturas rupestres.
En diálogo con Télam, Lucas Gheco explicó hoy desde Egipto que el proyecto al que fue convocado es una misión conjunta entre investigadores de Argentina y Brasil, en cooperación con el Ministerio de Antigüedades egipcio en Lúxor, Antigua Tebas.
“Trajimos a Egipto un desarrollo que la ciencia argentina usó en las cuevas del Alto Ancasti en el oriente de la provincia de Catamarca. Esa es mi mayor satisfacción”, dijo el arqueólogo que trabaja en una tumba de hace 3.500 años.
La tumba perteneció a Amenemhat, un escriba, supervisor de graneros y contador de panes que vivió durante el reinado de Tutmosis III, gobernador de Egipto durante el período (1479 – 1425 AC), precisó el docente e investigador del Conicet- Universidad Nacional de Catamarca (UNCA).
La propuesta tiene como propósito aplicar en Egipto lo que con más de diez años de experiencia lograron los arqueólogos en las cuevas de Oyola, en la zona del Alto Ancasti catamarqueño.
“A partir de la combinación de un meticuloso análisis visual de las paredes, de la excavación de los sedimentos del suelo de las cuevas y del análisis químico de pequeñas muestras de las pinturas, pudimos reconocer allí un extenso proceso histórico y transformaciones en los frisos pétreos”, aseguró el experto, oriundo de Santa Fe, quien vive en Catamarca desde 2006.
Gheco integra un grupo de trabajo formado por investigadores y estudiantes del Conicet, de UNCA, de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Ahora, ese mismo método es el que “intentaremos trasladar a Egipto, aunque por el momento sólo limitado al análisis visual de las paredes”, precisó, y destacó que la iniciativa tiene una perspectiva de análisis que los aproxima a una visión del pasado en donde se expresa “la complejidad de la historia, sus matices, cambios y tensiones”.
“El proyecto estudiará la transformación de los grabados y pinturas, por eso la investigación excede al período de los faraones”, insistió el científico.
La investigación “se extiende al tiempo en que quedaron impresas en las paredes de la tumba de Amenemhat las marcas de quienes la habitaron (los coptos) al comienzo de la era cristiana, y también los últimos 200 años, cuando la habitaron los actuales pobladores de Egipto”.
“La arqueología egipcia es mucho más que el período de los faraones”, dijo Gheco al aclarar que “la tumba fue una casa que estuvo habitada hasta 2006, cuando los pobladores locales fueron expulsados por el gobierno egipcio, con la finalidad de proteger las tumbas”.
Por eso, señaló que el proyecto -además de intereses teóricos, históricos y metodológicos- tiene un fuerte compromiso político que es el de rescatar a “los olvidados de la historia” de los enfoques tradicionales.
El proyecto está dirigido por Bernarda Marconetto, investigadora del Conicet en el Instituto de Antropología de Córdoba y por José Pellini, de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil,
La mirada “decolonial” busca destacar estos episodios históricos que por lo general quedan ocultos “cuando la arqueología sólo se concentra en el período faraónico, de los reyes o de las clases altas”, concluyó el arqueólogo