El barco, el primero que el país pierde desde la Segunda Guerra Mundial, se estrelló contra la costa de Samoa con 75 marineros a bordo.
El piloto automático tiene sus ventajas… y sus inconvenientes. Y, si no, que se lo digan a la Armada de Nueva Zelanda, que acaba de perder un valioso buque porque al piloto se le olvidó que tenía instalado el sistema de navegación automática. El despiste terminó con el barco estrellándose contra un arrecife y hundiéndose poco después. Los 75 tripulantes pudieron ser rescatados in extremis, pero el incidente ha hecho reflexionar a las autoridades militares del país sobre los protocolos de actuación en estos casos.
El accidente ocurrió el pasado mes de octubre pero solo ahora se ha podido determinar la causa, después de una investigación que ha demostrado que lo que se pensó era un fallo mecánico del barco, que no respondía a las maniobras del piloto, se trataba en realidad de una serie de errores humanos por parte de la tripulación.
El protagonista del incidente es el buque de la Marina Real neozelandesa Manawanui, que navegaba el pasado 6 de octubre frente a las cosas de Samoa cuando se estrelló violentamente contra un arrecife, se incendió y se hundió, según las conclusiones preliminares de un tribunal militar de investigación del desastre, de las que informa el diario británico The Guardian.
La tripulación del barco no se dio cuenta de que el piloto automático estaba activado, creyó que algo más había ido mal con el barco y no comprobó que el HMNZS Manawanui estuviera bajo control manual mientras mantenía el rumbo hacia tierra, según un resumen del primer informe de la investigación publicado el viernes. El informe completo no se ha hecho público.
Las 75 personas que iban a bordo del barco fueron evacuadas sanas y salvas cuando el barco naufragó a una milla de la costa de Upolu, Samoa. El barco era uno de los nueve que tenía la armada de Nueva Zelanda y es el primero que el país perdió en el mar desde la Segunda Guerra Mundial.
Según el embajador estadounidense en Nueva Zelanda, Tom Udall, solo la “heroica” actuación de los equipos de rescate permitió salvar la vida de los 75 marineros.
Las autoridades desconocían en ese momento la causa del hundimiento y el jefe de la Armada, el contralmirante Garin Golding, ordenó un tribunal de investigación para investigar el hecho. “La causa directa del encallamiento se ha determinado como una serie de errores humanos que provocaron que el piloto automático del barco no se desactivara cuando debía haberlo hecho”, dijo Golding en un comunicado el pasado viernes.
La tripulación “creyó erróneamente que su incapacidad para responder a los cambios de dirección se debía a un fallo en el control de los propulsores”, afirmó. Se identificaron varios factores contribuyentes, dijo Golding, aunque no dijo cuáles fueron.
Se espera que la investigación continúe hasta el primer trimestre del año próximo. Golding dijo que, dado que se identificó un error humano como la causa, se iniciará un proceso disciplinario independiente después de la investigación, según The Guardian.
“Quiero asegurarle a la población de Nueva Zelanda que aprenderemos de esta situación y que depende de mí, como Jefe de la Marina, recuperar su confianza”, dijo Golding.