Dos excancilleres británicos, uno del Partido Conservador y el otro del Partido Laborista, han sufrido el desplome de sus ilustres carreras políticas tras verse envueltos en un escándalo de tráfico y venta de influencias.
Sir Malcolm Rifkind, que alcanzó altos cargos en los gobiernos conservadores de Margaret Thatcher y John Major, y Jack Straw, una presencia permanente en el gabinete del primer ministro laborista Tony Blair, fueron videograbados en secreto haciendo alarde de su influencia y contactos políticos y del dinero que podían cobrar por estos.
Bajo presión del escándalo, Rifkind renunció el martes a la importante jefatura del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento y también dijo que dejará su escaño en la Cámara de los Comunes.
Straw, que ya había tomado la decisión de no buscar su reelección parlamentaria en los próximos comicios generales de mayo, suspendió voluntariamente su afiliación al Partido Laborista.
Aunque reconocieron estar mortificados por las revelaciones de sus charlas espontáneas captadas en video, ambos sostienen que no infringieron ningún reglamento que prohíbe el cabildeo de parlamentarios activos.
Periodistas encubiertos
Un equipo periodístico del diario The Telegraph y el canal de televisión Channel 4, en Reino Unido, realizó una investigación encubierta sobre el comportamiento de miembros del Parlamento británico y sus prácticas de cobrar por servicios y contactos a la empresa privada.
Los periodistas posaron como personal de una empresa ficticia de China y enviaron solicitudes anunciando su intención de contratar a influyentes políticos británicos que les ayudaran a penetrar los mercados en Reino Unido y Europa.
De los doce parlamentarios a los que les enviaron solicitudes, seis no contestaron. De la otra mitad que sí mostró interés, dos se destacaron: los veteranos políticos Malcolm Rifkind y Jack Straw.
Rifkind había subido rápidamente por los rangos del gobierno conservador de la “Dama de Hierro” Margaret Thatcher, en los años 80. En 1986 entró en el gabinete como encargado de asuntos escoceses.
Después de que John Major sustituyera a Thatcher, Rifkind fue nombrado secretario de Defensa y luego secretario de Relaciones Exteriores.
Tras la derrota del gobierno conservador en 1997, Rifkind perdió su escaño pero regresó en 2005 a la Cámara de los Comunes donde restableció su influencia dentro del partido como jefe parlamentario y, hasta ahora, director del Comité de Inteligencia y Seguridad.
“Honorarios”
En los videos grabados en secreto por los periodistas de The Telegraph y Channel 4, Malcolm Rifkind aparece jactándose de que él puede arreglar el “acceso útil” a cualquier embajador británico en todo el mundo.
Se le escucha diciendo: “Soy un trabajador independiente, así que nadie me paga un salario. Tengo que ganarme mis ingresos”.
Con eso, añadió que su tarifa usual por medio día de trabajo oscila entre US$7.500 y US$12.000.
Jack Straw entró en las esferas del poder cuando fue nombrado secretario del Interior en 1997, por el recién electo gobierno laborista de Tony Blair.
Tuvo bajo su responsabilidad el manejo de la detención en Reino Unido del exgobernante militar de Chile, Augusto Pinochet, bajo cargos de violaciones a los derechos humanos, y aprobó su eventual liberación sin que enfrentara juicio.
Poco después, en 2001, asumió como secretario de Relaciones Exteriores y fungió en ese cargo durante la invasión a Irak y el período más álgido de la guerra en ese país.
Con los cambios de gobierno, continuó siendo una figura destacada en el Parlamento pero su protagonismo fue disminuyendo en los últimos años y anunció su retiro para mayo de 2015.
Cuando llegó el turno de Straw ante los periodistas encubiertos, el otrora canciller laborista describió como operaba “bajo el radar” y que había utilizado su influencia para lograr un cambio al reglamento de la Unión Europea a favor de una firma que le pagaba casi US$100.000 al año.
En otra ocasión, en representación de la compañía afirmó haber utilizado una combinación de “encanto y amenaza” para convencer al primer ministro de Ucrania a cambiar leyes.
Sobre sus honorarios, Jack Straw dice en la videograbación que “normalmente, si estoy dando un discurso o algo así, son £5.000 (US$7.500) al día, eso es lo que cobro”.
Fin de la partida
Comúnmente, los parlamentarios pueden tener un segundo empleo siempre y cuando lo declaren según el reglamento de conducta. También tiene que registrar sus intereses financieros, incluyendo el trabajo secundario.
Tanto Straw como Rifkind defendieron su situación alegando que su comportamiento no había sido incorrecto.
Sin embargo, la sensibilidad del cargo como jefe del Comité de Inteligencia y Seguridad más la posible presión de sus pares fueron suficiente para que Rifkind anunciara su dimisión.
Straw ya había dicho que en mayo abandonaría su escaño pero, en los meses que le quedan no contará con mucha simpatía por parte de su partido.
Estos dos veteranos parlamentarios, en su momento igualmente poderosos e influyentes a ambos lados del espectro político, no solo terminan sus carreras de manera cuestionable sino dejan a sus partidos, el conservador y el laborista, muy mal parados a pocos meses de una elección general.